China ha logrado fabricar el cristal de seleniuro de galio y bario (BGSe) más grande del mundo, un avance significativo para el desarrollo de armas láser de alta potencia. Este cristal, con un diámetro de 60 milímetros, puede convertir eficazmente láseres infrarrojos de onda corta en rayos de infrarrojo medio y lejano, capaces de atravesar la atmósfera para alcanzar objetivos a larga distancia.
La resistencia del cristal es notable, soportando potencias de hasta 550 megavatios por centímetro cuadrado, una capacidad que supera ampliamente los cristales militares convencionales, lo que lo convierte en un componente fundamental para la próxima generación de armas energéticas.
El proceso de fabricación fue llevado a cabo bajo rigurosas condiciones controladas por el equipo liderado por el profesor Wu Haixin, en los Institutos de Ciencias Físicas de Hefei. Implicó el uso de materiales ultrapuros sellados en tubos de cuarzo, sometidos a un mes de refinamiento térmico y un lento enfriamiento para eliminar imperfecciones, seguido de un cuidadoso corte y pulido para mantener la integridad óptica del cristal.
Este avance no solo tiene aplicaciones militares, especialmente ante el interés de China en armas de energía dirigida para enfrentar amenazas como los satélites Starlink, sino que también tiene potencial en el ámbito civil, especialmente en diagnóstico médico y en sistemas infrarrojos hipersensibles para rastreo de misiles o aeronaves, destacando su impacto tecnológico global.
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