Con sus logros recientes, Lamine Yamal ha superado varias de las marcas juveniles del club y ahora será quien vista la camiseta que Messi inmortalizó con actuaciones memorables y una cosecha de títulos entre los que destacan diez campeonatos de Liga, cuatro Champions League, seis Balones de Oro y seis Botas de Oro.
Messi, por su parte, había tomado el testigo de Ronaldinho, quien devolvió la esperanza al Camp Nou y recuperó el prestigio del número ‘10’, guiando al Barça hacia una etapa exitosa que incluyó la Champions de 2006 y su Balón de Oro. Antes de Ronaldinho, fue Juan Román Riquelme quien intentó brillar con el mismo número tras destacar en Boca Juniors, aunque no logró asentarse en Barcelona por sus diferencias con el técnico Louis van Gaal. Anteriormente, Rivaldo había dejado su huella con el ‘10’, siendo galardonado con un Balón de Oro como azulgrana, y antes de él lo llevaron jugadores como Jari Litmanen, Giovanni Silva y Ángel Cuéllar.
En los años previos a la instauración de los dorsales fijos en España (a partir de la temporada 1995-96), varios miembros históricos del ‘Dream Team’ lucieron el ‘10’, como Gheorghe Hagi, Guillermo Amor, Eusebio Sacristán, Richard Witschge e incluso Pep Guardiola, que lo portó en la icónica final de Wembley en 1992. Sin embargo, de los noventa es Romario quien más se recuerda con ese dorsal, al igual que Diego Maradona en la década anterior durante su turbulenta etapa en el club. Entre ambos destacaron otros ‘dieces’ menos populares como Roberto Fernández, Gary Lineker, Mark Hughes y Esteban Vigo, y durante los setenta, el capitán Juan Manuel Asensi y el peruano Hugo Sotil se encargaron del número.
La tradición del ‘10’ azulgrana se remonta hasta los años cuarenta, cuando aparecieron los primeros dorsales en España. A lo largo de los años cincuenta y sesenta, leyendas como Laszlo Kubala, Luis Suárez y Josep María Fusté también defendieron el número que desde la próxima temporada llevará Lamine Yamal, el gran presente y futuro del Barcelona.
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