Europa enfrenta una ola de calor histórica al inicio de julio, con temperaturas extremas que alcanzan los 43 °C en España y Portugal, 41 °C en Francia, 40 °C en Italia y 38 °C en Alemania. Las autoridades han implementado medidas de emergencia, como el cierre parcial de la Torre Eiffel en París y la prohibición de trabajar al aire libre en Italia, para proteger a la población ante el riesgo de golpes de calor y otras complicaciones.
En España, once comunidades autónomas permanecen bajo alerta naranja, con máximas entre 37 y 43 grados, y noches tropicales en las que las temperaturas no descienden de los 33 °C en algunas localidades. Francia mantiene 16 departamentos, incluido París, en alerta roja, y ha cerrado más de 1.300 escuelas debido al calor sofocante. En Italia, varias regiones han restringido el trabajo al aire libre tras la muerte de un trabajador por insolación, y se esperan picos de hasta 40 °C al menos hasta el 5 de julio.
El calor extremo también afecta a Alemania, donde se han emitido alertas por temperaturas de hasta 38 °C, y a Reino Unido, que mantiene la alerta ámbar en gran parte de Inglaterra . Además, el Mediterráneo occidental ha registrado temperaturas del agua de hasta 30 °C, cinco o seis grados por encima de lo habitual, mientras que tormentas, incendios y daños medioambientales agravan la situación en otras regiones del continente.
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