El Gobierno español no comprende por qué un aliado, como el mexicano, que también se identifica con ideas progresistas, ha llevado a una situación que consideran “inaceptable”, resultando en una grave crisis diplomática. Ningún miembro del Ejecutivo español asistirá a la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, un hecho sin precedentes, como protesta por la exclusión del rey Felipe VI de este evento crucial para las relaciones bilaterales.
El presidente Pedro Sánchez, visiblemente molesto, ha señalado que cree que el Gobierno mexicano busca un enfrentamiento con España por motivos de política interna, especialmente bajo la dirección de Sheinbaum y Andrés Manuel López Obrador. “Es triste que dos pueblos hermanos no podamos mantener las mejores relaciones debido al interés político de algunos”, expresó Sánchez, lamentando la crisis con un país considerado “hermano” y con un Gobierno progresista.
En cuanto a la discusión sobre si España debería pedir perdón o revisar su historia sobre la conquista americana, Sánchez evitó profundizar en el tema, recordando el apoyo que México brindó al exilio español tras la Guerra Civil. “España ha mostrado empatía hacia México y siempre hemos estado agradecidos por la acogida a los españoles que huían de la guerra”, afirmó.
El presidente español ha mantenido un tono respetuoso hacia México a pesar de la crisis, que se complica aún más debido a otros conflictos diplomáticos abiertos con líderes como Javier Milei en Argentina y Nicolás Maduro en Venezuela. “No podemos aceptar la exclusión del rey Felipe VI, quien ha estado presente en todas las tomas de posesión anteriores. Por eso hemos decidido no enviar representantes del Gobierno como señal de protesta”, añadió Sánchez.
El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, quien acompaña a Sánchez en Nueva York, ha solicitado comparecer en el Congreso para informar sobre las decisiones tomadas respecto a la representación española en la toma de posesión de Sheinbaum.
Además, Sánchez ha abordado el tema de los Presupuestos, indicando que el Gobierno está dispuesto a retrasar su aprobación hasta después de los congresos de Junts y ERC, lo que podría llevar a una nueva prórroga. “El objetivo es presentar unos Presupuestos aceptables para todos”, concluyó.
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