Prevenir el suicidio es un asunto de todos

Oswaldo Montañez
Cada año, el número de vidas perdidas por suicidio afecta de manera global a las familias, comunidades y países. Actualmente, esta se categoriza como la quinta principal causa de muerte en personas entre 30 y 49 años de edad, y la segunda causa principal de muerte en el grupo de edad entre 15-29 años.
Debido a este evento, que sucede cada 40 segundos, la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio y la Organización Mundial de la Salud (OMS) promovieron que cada 10 de septiembre sea el “Día Mundial para la Prevención del Suicidio”, con el objetivo de concienciar a nivel global sobre cómo este hecho puede prevenirse.
En Venezuela este problema también existe. En 2023, el Observatorio Venezolano de Violencia (OVV) contabilizó 2.358 suicidios a nivel nacional. Esta cifra se evidencia como “un aumento”, comparada con el 2022, ya que en ese año fue de 2.173 suicidios.
Pese a los actos cautelares de las asociaciones, en el país la prevención se ha tornado en un reto porque -de acuerdo con la psicóloga Rubbel Jaimes- egresada de la Universidad Arturo Michelena, quien convive con el deseo de morir, no busca acabar con su vida sino ponerle fin a las problemáticas que está viviendo.
“Uno de los retos más grandes para prevenir es la falta de condiciones de vida, puesto que para vivir una vida que se desee vivir se requieren posibilidades y vías que promuevan ese deseo”, afirmó.
Pero ¿cómo funciona este pensamiento?

La especialista en el abordaje y prevención de la conducta suicida argumentó que determinar el inicio del pensamiento suicida es una tarea compleja, puesto que no existe una causa única y directa que pueda llevar a un individuo a convivir con la ideación suicida o a considerar quitarse la vida.
“Es fundamental tomar en cuenta que se trata de un fenómeno multideterminado, en el cual influyen determinaciones psicológicas, orgánicas, familiares, sociales y culturales. Por lo tanto, podríamos decir que se encuentra en constante construcción”, afirmó Jaimes en una entrevista para el diario Notitarde.
Informó que la idealización suicida se desarrolla con mucho tiempo de antelación, con un avance y evolución muy acelerados.
“Cada persona que se plantea el suicidio, experimenta pensamientos o ideas suicidas, y aunque estas pueden o no formalizarse en un acto autodestructivo, la aparición de la ideación o la valoración del suicidio -como una solución a los problemas que se viven en el momento- son, en sí mismas, dignas de atención, comprensión, escucha y seriedad”, explicó.
¿Depresión igual a suicidio?
La psicóloga precisó que, si bien la depresión tiene una estrecha relación con la conducta suicida, esta última, en sí misma, no es sinónimo de ausencia de salud mental.
“Independientemente de la presencia o no de un diagnóstico psiquiátrico, la conducta suicida es el resultado de un conjunto de factores en el que se contempla la muerte como la única salida posible”, especificó Jaimes.
Puntualizó que, por esta complejidad, el suicidio no puede definirse únicamente como síntoma de una patología, y, por ello, fue necesario separarlo como una entidad clínica, siendo la suicidología el campo que se encarga de estudiar este fenómeno y su prevención.  

Señales de advertencia

En el 2016, las autoridades españolas anunciaron algunas señales que podrían indicar que alguien está pensando en acabar con su vida, y estas se dividen en señales de alerta verbales y no verbales.
“Las verbales hacen referencia a comentarios negativos sobre sí mismos o sobre su vida, comentarios negativos sobre el futuro, despedidas verbales o escritas y comentarios relacionados al acto. Mientras que las no verbales podrían verse en cambios repentinos en su comportamiento”, destacó la diplomada binacional en suicidología y la formación de Abordaje en Suicidio (Protocolos y Seguimiento).
“Aun cuando no es posible tener una certeza sobre quién convive con el fenómeno y quién no, la presencia de ciertos comportamientos o actitudes pueden ayudarnos a identificar si alguna persona de nuestro entorno está en riesgo y así minimizar la aparición de un intento suicida”, expresó.

Recomendaciones


Con respecto a las recomendaciones, apuntó que no hay prevención sin participación, y la mejor manera de lograrlo es con información.
“Es necesario que las personas que participen, promuevan y preparen espacios seguros que le permitan a la persona hablar abiertamente de cómo se siente, resguarden su intimidad y dispongan de una actitud de cooperación para encontrar alternativas”, detalló.
También mencionó que hay que evitar el uso de frases como “eso pasará pronto, no te preocupes” “eres fuerte y valiente, seguro lo superas” puesto que pueden invalidar la experiencia y el sentir de a quién nos dirigimos.
“Si la persona ha terminado de hablar, podemos preguntarle cómo se siente y compartir opciones o alternativas tangibles y con sentido que puedan ayudarle”, recomendó.
Adicional, señaló que en caso de los padres, la mejor prevención será la comunicación con sus hijos.
“Contrario a la creencia popular, hablar abiertamente sobre el tema ayuda a evitar la desinformación o la información perjudicial porque, al ser los padres su fuente principal de confianza, esto crea un ambiente seguro que puede facilitar un abordaje en caso de que sea necesario”, expuso la experta.

Estigmas sobre el suicidio


En el país aún existen mitos alrededor de este tema
, provocando que se genere una creencia errónea que dificultará más la detección temprana, según la psicóloga y activista de prevención del suicidio, Anyiseth Sequera.
“Muchas personas consideran que, hablar del suicidio es incitarlo y nada más lejos de la realidad”, agregó. “Realmente cuando se habla del suicidio desde un punto de vista responsable y asertivo es que se hace la prevención”, destacó.
Añadió que para ser parte del cambio positivo del tema, se necesita documentarse mucho para cambiar la narrativa.
Sostuvo que el silencio también contribuye a convertirlo en un fenómeno alarmante en la salud pública, lo que impide que las comunidades aborden el problema de manera efectiva.
“Es crucial fomentar la conversación y crear espacios de diálogo sobre el suicidio, para poder prevenirlo y actuar como comunidad ante esta realidad”, explicó Sequera.
En concreto, ambas profesionales subrayaron la importancia de que al sentir estos malestares emocionales se debe ir a un especialista o solicitar “primeros auxilios” en la Línea de Ayuda Psicológica de Venezuela: 0212-416-3116 / 0212-416-3118. 
Esta línea tiene tres horarios: viernes a partir de las 8 a. m., sábado, domingo, lunes y martes las 24 horas y miércoles desde la madrugada hasta las 8 a. m.
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