Hablar de la Programación Neurolingüística (PNL) y la importancia de los canales de percepción en la comunicación efectiva, me parece un tema fascinante y relevante para mejorar nuestras relaciones interpersonales y nuestra relación con nosotros mismos.
La idea de que cada persona tiene preferencias representacionales predominantes (visual, auditivo o kinestésico) y que adaptar nuestra comunicación a esos estilos permite una conexión más profunda, tiene mucho sentido. Todos conocemos a esas personas con las que “hacemos clic” de manera natural, y probablemente sea porque intuitivamente sintonizamos con su canal preferido.
Ciertamente, lo más interesante es que este conocimiento nos permite hacer esa “sintonía” de manera consciente. Observando el lenguaje y el comportamiento de los demás, podemos identificar su sistema representacional predominante y ajustar nuestro estilo de comunicación.
Esto abre un mundo de posibilidades para mejorar nuestras relaciones laborales, de pareja, familiares, etc. Ser conscientes de nuestras propias preferencias perceptuales y cómo influyen en nuestro diálogo interno y nuestra autopercepción, es clave para tener una relación más sana y equilibrada con nosotros mismos. Por ejemplo, si soy una persona muy visual, puedo caer en la trampa de juzgarme sólo por mi apariencia física o de ser demasiado autocrítica con mis habilidades. Pero si reconozco esa tendencia, puedo contrarrestarla usando más el canal auditivo (escuchándome con compasión) o el kinestésico (conectando con mis sensaciones y emociones).
En definitiva, el conocimiento de la PNL y los sistemas representacionales es una herramienta poderosa para mejorar nuestra comunicación y nuestras relaciones. Pero su mayor valor está en aplicarlo primero a nosotros mismos, para tener una relación más sana y equilibrada con nuestro propio ser. Porque solo desde ese lugar de autoconocimiento y autocompasión, podremos comunicarnos de manera auténtica y efectiva con los demás.
La Programación Neurolingüística según sus fundadores
La Programación Neurolingüística (PNL) fue creada a principios de los años 70 por John Grinder, lingüista, y Richard Bandler, estudiante de psicología, en la Universidad de California en Santa Cruz. Según Grinder, la PNL es “una tecnología de modelado, con un enfoque específico en el conjunto de diferencias que marcan la diferencia entre el desempeño del genio y el del intérprete promedio en el mismo campo de actividad”. Grinder y Bandler comenzaron a modelar a tres terapeutas considerados genios en su campo: Fritz Perls (terapia Gestalt), Virginia Satir (terapia familiar) y Milton Erickson (hipnoterapia). Absorbieron inconscientemente los patrones inherentes en estos tres expertos y luego los decodificaron conscientemente usando modelos basados en el lenguaje como la gramática transformaciona.
De esta manera, Grinder y Bandler pudieron explicitar y hacer transferible y aprendible el conjunto de diferencias que hacen que un genio obtenga resultados consistentemente exitosos. Esto permitió a otras personas en los campos de la comunicación, el comportamiento y el cambio lograr resultados similares. En 1975, Grinder y Bandler publicaron su primer libro “La estructura de la magia”, donde presentaron el Metamodelo, un modelo lingüístico para deshacer distorsiones, generalizaciones y eliminaciones en el lenguaje. Posteriormente desarrollaron otras técnicas como el Modelo Milton (lenguaje hipnótico), anclaje, reencuadre, etc. En la década de 1980, John Grinder desarrolló el “New Code NLP”, que involucra más al inconsciente a diferencia del NLP original que trabaja más con la mente consciente. Hoy en día, tanto la PNL como el New Code NLP se practican ampliamente a nivel mundial con miles de entrenadores certificados.
Como comunicadores naturales perfilados hacia una comunicación asertiva, es fundamental entender cómo funciona nuestra percepción para lograr una comunicación eficaz tanto con nosotros mismos como con nuestro entorno. La Programación Neurolingüística (PNL) nos brinda un marco teórico valioso para comprender los diferentes canales de percepción y cómo influyen en nuestra forma de comunicarnos.
Los sistemas representativos de los sistemas en la PNL
Según el PNL, existen tres sistemas representativos principales a través de los cuales procesamos la información y percibimos el mundo:
- Visual (V): Procesamos información a través de la vista, imágenes y colores.
- Auditivo (A): Percibimos mediante sonidos, tonos y ritmos.
- Kinestésico (K): Captamos a través de sensaciones y movimientos corporales.
Cada persona tiende a favorecer uno o más de estos sistemas, lo que se conoce como su “preferencia representacional”. Por ejemplo, alguien con predominio visual aprenderá mejor viendo diagramas o videos, mientras que un kinestésico preferirá actividades prácticas y experimentales.
La importancia de la sintonía en la comunicación
Cuando nos comunicamos con otros, es clave sintonizar con su sistema representacional predominante para lograr una conexión más profunda y efectiva. Esto se logra:
- Observando su lenguaje corporal y el tipo de palabras que usa
- Adaptando nuestro propio lenguaje y estilo de comunicación
- Variando los canales sensoriales que utilizamos para transmitir el mensaje
Por ejemplo, si hablamos con alguien muy visual, podemos usar más metáforas visuales, hacer contacto visual y utilizar ayudas visuales. Con un auditivo, enfatizaremos el tono y ritmo de voz, y haremos más preguntas abiertas. Y con un kinestésico, usaremos más el tacto (si es apropiado), haremos pausas para que procese y le daremos ejemplos prácticos.
Beneficios de la PNL en lo cotidiano
Reeducacmos nuestra comunicación propia
La comunicación efectiva comienza con nosotros mismos. Es importante ser conscientes de cuál es nuestro sistema representacional predominante y cómo esto influye en nuestra autopercepción y diálogo interno. Por ejemplo, un visual tiende a recordar más imágenes que sensaciones, mientras que un kinestésico se guía más por sus sentimientos. Reconocer estas tendencias nos permite tener un diálogo interno más equilibrado, respetuoso y realista. Además, al conocer nuestras preferencias, podemos utilizar los canales sensoriales que más nos motivan para establecer metas, visualizar el éxito y generar estados de ánimo positivos. Por ejemplo, un visual puede visualizar claramente sus objetivos, un auditivo repetir afirmaciones inspiradoras y un kinestésico asociar sus metas a sensaciones agradables.
Mejorar la comunicación con los demás
La PNL enseña a identificar y sintonizar con los sistemas representacionales predominantes (visual, auditivo o kinestésico) de las personas con las que nos comunicamos. Adaptando nuestro estilo comunicativo a sus preferencias, podemos lograr conexiones más profundas y efectivas.
Motivarnos más eficazmente
Según nuestra predominancia visual, auditiva o kinestésica, podemos utilizar técnicas de PNL para establecer metas, visualizar el éxito y generar estados de ánimo positivos de una manera más efectiva.
Encuentrar los mejores resultados en el trabajo y la vida personal
Al comunicarnos de manera más efectiva con nosotros mismos y con los demás, y al motivarnos de forma más poderosa, la PNL nos permite alcanzar nuestros objetivos tanto en el ámbito laboral como en la vida personal.
En resumen, aplicar los principios de la PNL nos brinda herramientas prácticas para mejorar nuestras relaciones, nuestra autoestima y nuestra capacidad de logro. Aunque requiere cierta práctica, los beneficios a nivel personal y profesional hacen que valga la pena el esfuerzo.
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