Tanto los neuropsicólogos como los neurocientíficos han hecho un aporte fundamental para unificar la psicología y la neurociencia. Ellos proporcionaron una sólida base sobre cómo los trastornos, lesiones y déficits a nivel cerebral tienen sus efectos en la fisiología y en los procesos psicológicos normales y patológicos que se generan.
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¿Cuáles son las bases de la neurociencia?
Mientras que la psicología se encarga del estudio del comportamiento y de la mente, la neurociencia cognitiva corresponde a la neurociencia aplicada a la psicología, ya que profundiza los procesos biológicos y químicos que inciden en el funcionamiento del cerebro y del sistema nervioso.
La neurociencia cognitiva es un enfoque interdisciplinario que emplea métodos y tecnología neurocientífica para estudiar cómo los pensamientos y comportamientos generan cambios a nivel fisiológico.
A través del uso de la neuroimagen para observar el funcionamiento del cerebro, se busca conducir a una mejor comprensión de las interrelaciones entre la neurociencia y la psicología. Por ejemplo, es muy común estudiar las lesiones y otros trastornos a nivel cerebral para entender el funcionamiento de un cerebro sano.
El cerebro es el órgano más complejo del cuerpo humano que, además de controlar aspectos cognitivos como la memoria y el aprendizaje, los sentidos y las emociones, maneja otros órganos, músculos y vasos sanguíneos.
El cerebro está constituido por miles de millones de neuronas (células nerviosas) que establecen comunicaciones entre sí (sinapsis) para ayudar al cuerpo a funcionar coordinada y normalmente.
Dado que el sistema nervioso forma parte de los sistemas que nos relacionan con el ambiente, influye en la respuesta de una persona a los estímulos internos y externos. Por lo tanto, cualquier anomalía dentro del sistema puede repercutir negativamente en el bienestar mental de una persona.
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El sistema nervioso y la respuesta orgánica
Los distintos componentes del sistema nervioso, según sus funciones, se dividen en dos partes:
El sistema nervioso central (SNC), que incluye al cerebro y a la médula espinal, que constituyen el principal centro de control del cuerpo.
El sistema nervioso periférico (SNP), constituido por los nervios, que transportan información sensitiva y motora entre órganos, músculos y SNC.
Una parte del sistema nervioso, conocida como sistema nervioso simpático, es responsable de las reacciones de activación, como son las de «lucha o huida», en respuesta a situaciones peligrosas o estresantes. Es el encargado de aumentar los niveles de excitación y capacidad física al elevar la frecuencia cardíaca y respiratoria.
El sistema nervioso parasimpático vuelve al estado de equilibrio y calma al cuerpo después de la actividad simpática para activar una respuesta opuesta de «descansar y digerir» tras el evento estresante. Ayuda al cuerpo a conservar la energía, reduce la excitación física y ralentiza la frecuencia cardíaca y respiratoria.
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El funcionamiento coordinado de estos dos sistemas ayuda a mantener el equilibrio del cuerpo.
¿Cuál es la importancia de la neurociencia en la psicología?
Cuando el sistema nervioso central presenta alguna disfunción, puede resultar en alteraciones del comportamiento y cambios en las respuestas emocionales frente a los factores estresantes.
Por lo tanto, al identificar el mecanismo a través del cual el sistema nervioso desencadena las respuestas emocionales, los médicos y psicólogos pueden abordar el o los problemas subyacentes para paliar, reducir o prevenir algunos trastornos psicológicos.
La contribución más importante de esta disciplina para los psicólogos es la comprensión de cómo se generan estas alteraciones psicológicas a nivel fisiopatológico.
La neurociencia ha ayudado a los psicólogos a comprender mejor hasta qué punto nuestros cerebros presentan plasticidad, que se refiere a la capacidad de adaptación cerebral (funcional y estructural) a nuestro entorno, lo que puede afectar nuestros comportamientos.
También existen aplicaciones basadas en inteligencia artificial aplicadas a la neurociencia, que sirven para la detección de problemas de salud mental antes de que aparezcan los primeros síntomas.
La investigación indica que los neurocientíficos pueden detectar una variedad de patrones de actividad neuronal en niños pequeños, que se manifestarán en su futuro comportamiento. Esto implica el precoz abordaje de algunos problemas cognitivos, como los trastornos del aprendizaje.
Ejemplos de las aplicaciones de la neurociencia
Existen algunos dispositivos empleados en las neurociencias que recopilan información a gran escala de la actividad cerebral. Entre algunas de las utilidades de estos dispositivos tenemos:
Monitorización del rendimiento cerebral.
Prevención, detección e identificación precoz de enfermedades, especialmente las relacionadas con el funcionamiento del sistema nervioso.
Evaluación de la progresión de patologías y la efectividad de sus tratamientos.
En la sociedad, la neurociencia es aplicable en la educación para optimizar los procesos de aprendizaje en las instituciones educativas, pues nos permite entender cómo el ser humano analiza la información, cómo aprende a adaptarse a los cambios del entorno y cómo resume y saca conclusiones.
En el trabajo, la neurociencia ha revelado que las funciones cerebrales como la memoria, el pensamiento y las emociones tienen aplicaciones en el lugar de trabajo. Esto puede ayudar a gestionar situaciones en el entorno laboral como el síndrome de burnout, la relación entre líderes, el comportamiento de los trabajadores, el trabajo en equipo y la atención.
Otro campo también relacionado con el ámbito laboral es la aplicación de los conocimientos de neurociencia a los distintos departamentos de una empresa, como es el caso del neuromarketing o la economía de la conducta.
Todas estas disciplinas y herramientas derivadas de la neurociencia son de uso relativamente reciente, por lo que aún queda mucho por explorar y aplicar.
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