Lo acusan de todo, todos.
El régimen lo acusa y lo acosa, la oposición tambien.
Pero la verdad es que el tipo no ha dejado de trabajar desde el cinco de enero del 2019.
Que si es un ladrón, un vendido y un cobarde; ha sido la pera de boxeo de todos, incluso de aquellos que se entiende aún no buscan el mismo fin, sacar al régimen del poder.
Ha tenido aciertos y errores, pero… ¿quien no? Nombren a uno solo que no se haya equivocado políticamente en Venezuela, nombren al impoluto.
“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada” dijo Johann Wolfgang Goethe.
Esas equivocaciones, hasta donde se ven, han sido trabajando, ya que algunos de sus más fuertes críticos han desaparecido momentáneamente del vivir político y salen a flote intermitentemente.
Pero Guaidó no ha sido el único que ha tenido y presentado su horizonte claro, definido; también con él han estado Delsa Solorzano y Andrés Velazquez.
Los adecos, los de verdad verdad hoy aceitan su poderosa maquinaria electoral previendo un trabajo duro para el 2024, y eso es bueno, muy bueno; pero han estado de bajo perfil este tiempo desde que el poder que tuvo y lo que ha representado el gobierno interino se desinfló. Sin embargo, Acción Democrática jamás lo atacó, conscientes que el trabajo debe ser en equipo y en conjunto, lo dejó hacer sin torpedearlo.
Más sinembargo, otros del G4, viendo más sus errores que su esfuerzo decidieron que era mejor marcar distancia, eso por supuesto atacó directamente la fortaleza de lo que sigue representando hoy Juan Guaidó.
Ya que les guste o no, aun con una importante disminución en su credibilidad política, el tipo está allí, échandole bolas todos los días.
Tambien están los insignificantes con redes que también quisieron mantener presencia politica atacando lo que se hacía desde el “interinato”, siempre desde la comodidad de los pocos medios con los que logran llegar a unos cuantos, hoy esos grupos políticos cambian de opinión (afortunadamente). Sin embargo, estos políticos no se atraven hoy a hacer lo que hace Guaidó, trabajo de convocatoria de calle. Se sientan allí, en un sillón, encienden el celular y hablan y hablan por Instagram y Tuiter.
Y es lo unico que hacen ya que reconocen no llenarían ni siquiera una pequeña plaza, y ese es el culillo de esos algunos y algunas.
Pero Delsa, Juan y Andrés a eso no le han tenido miedo, lo que han hecho es calle y calle aún con cuatro gatos o cientos de ellos.
No soy “Guaidolover”, soy “democratalover” y “chavismohater”, quiero libertad y odio la dictadura.
En casi, por no decir en todas partes del mundo sabemos que el manejo de la política es un asco; hay movimientos oscuros a la sombra de la gente y por ello no pongo mis manos en la candela por nadie. Ahora bien, a la vista del trabajo que se viene haciendo, o sea, de frente a la gente, lo que ha representado el interinato ha hecho el trabajo y lo está haciendo.
La asquerosa mezquindad de los que se oponen a la labor diaria para aglutinar gente en contra del régimen por parte de aquellos que dicen ser de oposición y lo peor, que si lo son, es absolutamente despreciable, y es allí donde la unión en la oposición se rompió, ¡bueno! más bien la rompieron.
Trato de no ponerme bruto dejando que las pasiones me inunden el criterio.
Hoy defiendo el trabajo político, la propuesta sería y el trabajo valiente.
De llegar unas primarias, ojalá gane la mejor propuesta y en segundo lugar el mejor candidato.
Que de allí salga lo mejor para el país y que esto conecte con la gente, levante el entusiasmo y renazca la esperanza.
Y una vez, definido el país que queremos todos, se unan en esa línea dejando la mezquindad de lado, a sabiendas que es la única manera de solucionar este país trancado que tenemos por todos lados gracias al chavismo, o sea gracias a Chávez y a Maduro.
Ahora, la tan pedida unidad debe salir del trabajo consciente en buscar la solución a este ahogo de Nación que existe hoy, que conquisten el país con propuestas serias, que se debata frente a frente y ganen las simpatías que se merezcan por sus aportes y no por sus malintencionadas criticas, que sea la gente la que decida que país quiere y como llegar a él, y que el conductor de esa vía entienda que debe adaptarse a las verdaderas necesidades. De allí saldrá primero la forma y luego el líder.
La fulana unidad sólo podrá renacer cuando la mayoria de los políticos entiendan que el mundo no gira en torno a ellos, que es el país quien necesita definiciones claras para todos, y cuando el grupo de seudo líderes entiendan que no son el poder, el ombligo del país ¡pues! y cambien de actitud, aportando más que atacando, es cuando la gente, el de aquí y el de allá volteará de nuevo a verlos con seriedad y algo de respeto. Pero para ello, repito, deben aportar.
Hoy Guaidó no parece estar en campaña para él, esta motivando a la gente, resucitando consciencias, no propone un país pero si una manera de llegarle a él.
Es así, hagan sus apuestas señores políticos, propongan, trabajen en la calle y no desde donde están hoy, lleguen a todos de a poquito, de esquina en esquina, sorteen al régimen y a sus revoltosos, corran riesgos y asuman que es momento de dejar la flojera y la comodidad de la constante crítica sin proponer, que aquellos que hoy los pueden seguir, de seguro responderán por ustedes.
Vuelvan a conectar con la gente dando la cara viendo a los ojos de los venezolanos y no únicamente a través de una pantallita hablando fuerte.
Allí les dejo eso!
IG / TW: @gmartin1961
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