Ante la realidad en la que se circunscribe la cotidianidad de los venezolanos y venezolanas, el impacto socioeconómico del aumento del salario mínimo en el ingreso monetario de los trabajadores es un tema importante y controvertido; monitorear el impacto del salario mínimo, es necesario para cualquier sistema basado en calificaciones. Resultados derivados de estudios rigurosos estiman que este proceso, debe comunicarse a las autoridades, así como también a los participantes sociales y utilizarse como referencia para futuros ajustes o modificaciones del sistema.
Con relación a esto, en Venezuela no se ha considerado la práctica de estudios calificados que puedan arrojar datos demostrativos de los indicadores cualitativos y cuantitativos que inducen a la realidad en los ingresos de los trabajadores. No obstante, el desacierto del aumento salarial realizado por el gobierno muestra como en tantas ocasiones, que no se están valorando las necesidades mínimas requeridas para el cálculo salarial, ya que, de acuerdo con la Ley del Trabajo el Salario Mínimo, es “el salario que pueda satisfacer las necesidades estándar
de existencia de un trabajador, tales como alimentación, vivienda, ropa, transporte, cultura y recreación”.
Sin embargo, la situación en Venezuela en muchos casos es contraproducente, ya que, si se considera el hecho de que un aumento del salario mínimo robustece la demanda, adherida vía consumo interno, lo propio es, que este mejore la producción y el empleo; pero en Venezuela, el último aumento salarial no generó ninguno de estos efectos, ni siquiera se pudo nivelar con el sector privado que, para el cierre del cuarto trimestre del año 2021 estableció pagos a sus trabajadores entre 60$ y 80$ /mes. El salario estipulado por el gobierno quedó rezagado ante la comparativa salarial de América Latina, representando solo el 10% del costo de la canasta básica, esto sin contar con el progresivo aumento de los bienes y servicios, dejando nuevamente al trabajador fuera del alcance para cubrir sus necesidades.
El aumento salarial, sin estudio previo de indicadores de medición, pudiese impactar al sector productivo y aumentar la tasa de desempleo. El salario mínimo ha resultado poco eficiente en el sector formal, en cambio, puede favorecer el aumento de los salarios en la economía informal. Por consiguiente, correspondería la determinación de recursos suficientes para analizar los efectos del salario mínimo, diseñar estrategias de seguimiento como mecanismo principal de análisis y validación de datos reales, por medio de la aplicación de
metodologías confiables y diferentes a las utilizadas actualmente, con la finalidad de generar conclusiones objetivas, sin la inclinación de sesgos en su selección y creación de discusiones sobre los efectos, del aumento salarial, ya que, en muchos casos suelen ser polémicas, por emplearse diferentes teorías económicas conducentes a diferentes predicciones.
En este sentido, existen dos visiones en lo que respecta al incremento salarial, por un lado, el salario mínimo acrecienta el costo de la mano de obra por encima de la producción de los trabajadores con salarios mínimos y por lo tanto, los despide del mercado, por otro lado, las hipótesis apuntan que, en cierta medida, el costo del salario mínimo puede ser asumido por la composición de aumentos de salario mínimo recibido por los trabajadores mejor pagados, márgenes reducidos, aumentos de productividad y/o disminución de ventas. De allí que, las teorías de la economía insinúan que el empleo puede crecer cuando los salarios mínimos llevan a un aumento del consumo interno y de la demanda agregada.
Al respecto, los participantes sociales deben poseer acceso a la investigación sobre el efecto del salario mínimo, presentadas con especial atención en las variables específicas como: salarios generales, empleo, actividad económica informal, horas de trabajo, disparidades salariales, género e índice de pobreza. Los estudios también deben tener en cuenta los efectos sobre los precios y diversos factores de la demanda, incluso el consumo de los hogares, la inversión o la competitividad de las exportaciones.
Independientemente de valoraciones ideológicas, se puede acotar que, el gobierno intenta crear un efecto hipnotizador con respecto al salario mínimo, influyendo en la percepción de los trabajadores y los empleadores, enviando señales sobre lo que se considera como un nivel salarial socialmente aceptable, cuando realmente este incremento salarial incentiva más la pobreza, ya que una parte significativa de los trabajadores que ganan salario mínimo viven en hogares pobres o de bajos ingresos.
Hernando Pacheco
Coordinador General Unión y Progreso Carabobo.
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