ACNUR, la Agencia de la ONU para los Refugiados, expresa profunda preocupación por los nuevos enfrentamientos intercomunitarios que han ocurrido esta semana en la región del Extremo Norte de Camerún, causando el desplazamiento de miles de personas dentro del país y obligando a más de 30.000 a huir hacia el vecino Chad.
Desde el domingo 5 de diciembre, al menos 22 personas han muerto y otras 30 han resultado gravemente heridas durante varios días de combates.
Los enfrentamientos estallaron en la aldea fronteriza de Ouloumsa tras una disputa entre ganaderos, pescadores y agricultores por los escasos recursos hídricos. La violencia se extendió luego a las aldeas vecinas. En total, diez pueblos fueron incendiados.
El 8 de diciembre estallaron los combates en la ciudad camerunesa de Kousseri, un nodo comercial de unos 200.000 habitantes. El mercado del ganado de Kousseri fue destruido en los combates. Al menos 10.000 personas huyeron de Kousseri a la capital de Chad, Yamena, a pocos kilómetros de los ríos Chari y Logone, que marcan la frontera con Camerún.
El 80% de los recién llegados son mujeres, muchas de ellas embarazadas, niñas y niños, y han encontrado protección en Yamena y en las aldeas de la ribera chadiana del río Logone.
Chad ha reafirmado su disponibilidad para acoger a las personas recién llegadas, y las autoridades del país, junto con ACNUR, otras agencias de la ONU y socios humanitarios, se están apresurando para brindar a los refugiados cameruneses asistencia y alojamiento de emergencia. Los heridos se ingresaron en dos hospitales de Yamena.
Se han enviado fuerzas de seguridad al Extremo Norte de Camerún, pero la situación sigue siendo inestable. El ACNUR se ha visto obligado a suspender sus operaciones en las zonas afectadas.
La crisis climática está exacerbando las tensiones en el Extremo Norte de Camerún. En las últimas décadas, la superficie del lago Chad – del que el río Logone es uno de los principales afluentes – ha disminuido hasta un 95%. Los pescadores y los agricultores han cavado vastas zanjas para retener el agua restante del río y poder pescar y cultivar. Pero las zanjas fangosas a veces atrapan al ganado causando la muerte de algunos animales, lo que provoca tensiones y peleas.
En agosto se produjo un primer brote de violencia intercomunitaria. En ese momento, 45 personas murieron y 23.000 se vieron obligadas a desplazarse, de las cuales 8.500 han permanecido en Chad desde entonces.
Desde la semana pasada, ACNUR y las autoridades han liderado los esfuerzos de reconciliación en Kousseri, gracias a los cuales los representantes de las comunidades se comprometieron a poner fin a la violencia. Sin embargo, si no se toman medidas urgentes para abordar las causas profundas de la crisis, la situación podría empeorar aún más.
ACNUR pide el fin inmediato de la violencia y el apoyo de la comunidad internacional para ayudar a las víctimas y a los refugiados.
En Chad viven cerca de un millón de refugiados y desplazados internos y en Camerún más de 1,5 millones.
Los recursos financieros para responder a la situación en ambos países siguen siendo críticamente bajos. Las necesidades de ACNUR para 2021 en Camerún (99,6 millones de USD) y en Chad (141 millones de USD) sólo están financiadas en un 52% y un 54% respectivamente. Se necesita urgentemente más apoyo para que ACNUR pueda seguir prestando asistencia vital en una crisis que probablemente no se detendrá.
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