En agosto del 2020 señalé en este espacio que la situación electoral en Venezuela nunca será justa, mientras la estructura del CNE dependa de una pandilla para la ejecución del fraude electoral. El jefe de la banda, es como decir, el Saab electoral, es un coronel llamado Carlos Quintero, conocido como el roba votos. Actúa como un cadete ante el siquiatra del mal, Jorge Rodríguez, quien participa también del negocio de las máquinas de votación con una empresa fantasma.
El coronel roba votos es natural de Santo Domingo, estado Mérida, donde también se apropia de los bienes del pueblo y es dueño de casi todo: fincas, negocios, inmuebles. El trabajo electoral es muy lucrativo; su familia ocupa todos los cargos de la administración pública, donde destacan Armando Lobo, conocido como “wander”, esposo de la hermana del roba votos, Idania Quintero, legisladora, de ignorancia galopante. Otra de las fichas es Norelys Quintero y todo el resto de la familia, dueños del botín.
Pero lo más importante para el coronel está en su despacho capitalino. Tiene una nómina conformada por los técnicos del asalto. Cobran en dólares, aportados por Miraflores y el cartel de los soles. Su dominio se ha extendido a Colombia, donde preparan el asalto de Petro, Nicaragua y Bolivia.
Los rectores del CNE deben obedecerle o se marchan. Su personal de confianza está repartido preparando el nuevo asalto, que no es como muchos pensábamos, que se violaban las máquinas de votación. El coronel roba votos dijo en días pasados en Santo Domingo:” la oposición hace campaña y yo cargo el resultado en mi bolsillo. El pendrive milagroso”.
Advertimos a todos los candidatos opositores. El día siguiente de las elecciones entenderán. El proceso es muy sofisticado, ni el Señor Borrell podrá notarlo. No es el fraude clásico. Es la manera moderna de someter a los países por el comunismo.
Todo está perfectamente comprobado. Las pruebas documentales y evidencias llegan de la propia estructura del asaltante coronel.
A partir del 2017, después de la paliza electoral al chavismo en 2015, se cambiaron las reglas del juego para avanzar al fraude perfecto:
- Se eliminó la tinta indeleble, Alegando que la UCV se negaba a entregar la misma.
- Se estrenaron las migraciones de votantes, instaurando el ruleteo electoral, donde los buses llegan cargados de mercenarios, y se marchan a otro sitio sin marca alguna en sus dedos.
- Los capta huellas no dejan configuradas las decadactilares, solo sirven para dar apertura y no aparezca otra persona con el mismo nombre.
- Los personajes que trasladan, van con cédulas fabricadas en el SAIME, donde solo le cambian la foto y ejercen el voto hasta en 20 centros distintos, donde ya tienen la lista del histórico que nunca ejercen su derecho, entre ellos cotejan los inmigrantes (6 millones).
- Al regresar al vehículo transportador, viajan a otros centros de votación, y así van cabalgando y es la razón por la cual extienden el horario.
- Se ha comprobado por los medios y las ONG. En los centros nunca hay filas. Llegan como fantasmas y el mismo episodio lo repiten al menos 20 veces cada uno.
- En los próximos días ingresaran al país las brigadas internacionales del roba voto. Ciudadanos de nacionalidad cubana, nicaragüense, hondureña, argentina y boliviana. Ya les tienen las cedulas listas.
- El SAIME tiene un laboratorio clandestino donde fabrican las cédulas con la fotografía usurpando la identidad de quien verdaderamente está asentado en el cuaderno electoral.
- No permiten Auditorias a dichos cuadernos, que son destruidos inmediatamente concluyen las votaciones, para imposibilitar una comparación dactiloscópica.
- No existe fraude en la transmisión, ni incluyen votos por tajadas en las mesas. Estas son auditables.
Seguiremos informando de estas investigaciones, donde el gran jefe, el coronel roba votos, algún día responderá como el Saab electoral.
Texto – Foto
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