Así deberíamos pensar que se siente el régimen, la justicia internacional se dejó del evidente tono político y se puso a trabajar.
Pero…
¡Pues no! rodeado del todo no está.
Atrás quedó la fantasía de la intervención militar humanitaria; los que la auparon y criticaron a mansalva a todo aquel a quien pudieran echarle la culpa, desde fuera y dentro del país han hecho silencio al respecto; no han sabido moverse de acuerdo a la circunstancias, a la realidad.
Por otro lado, la auténtica intervención humanitaria se viene dando a través de las investigaciones internacionales por lavado de dinero, por el incumplimiento a los tratados internacionales de los Derechos Humanos, por los movimientos en las rutas del narcotráfico, por algunas alianzas con movimientos terroristas, o sea… la dictadura se debe sentir muy acorralada, pero le queda hasta ahora su único recurso, no el último, pero sí en este momento histórico le queda un solo recurso y lo está aprovechando muy bien.
Mencionar las últimas detenciones y extradiciones hechas y las que están a punto, las nuevas solicitudes y calificaciones de personeros rojos, así como las nuevas tarifas de captura a socios corruptos es una perogrullada, es repetir las noticias del día a día de este fabuloso octubre 2021.
Maduro no atina a defenderse, intenta desmoralizar al opositor común y corriente tanto el que está en Venezuela como los que están afuera. Se presenta en la UCV aparentando victoria de una conquista de un territorio sensible, nombra a Tibisay Lucena para sembrar la mayor cantidad de dudas al próximo evento electoral y así en otros tantos temas menores a efecto de provocación, solo para borrar la sonrisa de los que vemos el sudor chavista por la presión de la justicia internacional.
Porque además, no es únicamente la CPI, es que también tuvo que aceptar la presencia de observadores internacionales para el 21N.
El tipo y su banda están cercados, la comunidad que sólo está fija en intentar hacer justicia los tiene acorralados en el país.
Y es eso, están cercados en el país.
La justicia internacional determinará culpables pero no los va a venir a buscar, ellos deberán salir para que como Saab sean capturados, por supuesto, para cuando todos los procesos policiales y judiciales así lo permitan.
Entonces, la corrupción se atrinchera en el terreno que tiene bajo control, el país.
Su rango de acción se va reduciendo cada vez más y deben encontrar un lugar donde disfrutar lo robado, donde ver los toros desde la barrera sin ser tocados y no es otro lugar que en suelo venezolano, y ocasionalmente en países amigos, que dicho sea de paso, no son sus preferidos para vivir.
Por otro lado, el chavismo-madurismo sabe de sobra que para poder vivir tranquilos en su guarida debe tener controladas a las fieras internas, fieras que no son otras que todos y cada uno de los venezolanos que están cansados de tanta corrupción y mala gerencia, del mal vivir al que nos tiene sometidos este régimen sádico que pareciera disfrutar con el dolor de niños de la calle, de indigentes comiendo basura, de madres que ven morir a sus hijos por falta de trasplantes y/o tratamientos médicos, por la delincuencia que retorna a Venezuela producto de la persecución policial en otros países, de las colas para combustible y así, un gobierno que conoce que para reprimir no sólo es suficiente las bombas lacrimógenas y los perdigones, el hambre y la necesidad también es represión y así por ende, control.
Pero vienen unas elecciones, que hasta ahora no tienen porque posponerlas ni esconderlas, tienen la solución para no salir mal parados en ellas…
Promueven la discusión entre los adversarios, se inventa su propia oposición y como esta no caló, entonces sabe cómo promover la discordia entre aquellos que sí le pueden mover el piso político, y sin sustento interno legítimo, ya entonces no tiene de donde agarrarse, presión externa + presión interna y listo, acabado el mundo rojo en Venezuela por algún tiempo.
Pensar que en estados vaya un solo candidato chavista y dos de oposición ya da por sentada la victoria roja, allí no les haría falta hacer trampa, esa trampa que ahora les va a costar un poquito más que antes gracias a la visita de la observación internacional, que ya sabe de antemano cómo es que el régimen hace para manipular la voluntad del soberano.
Entonces la dictadura no está rodeada, le queda una salida, quedarse en Venezuela a disfrutar lo que tienen y eso solo lo logra controlando la opinión de la mayoría que cada día muestra más desinterés en la política gracias al charco en el que se metió (y la metieron) a la oposición.
La muy inoportuna discusión entre Capriles y Lopez, el empecinamiento de Machado, trae como consecuencia la debilidad en la fortaleza necesaria para lograr el acorralamiento absoluto del régimen. Y es por eso que promueve la división y los “líderes” caen facilito en ese juego y quien sabe desde que interés.
En las próximas elecciones del 21N hay que votar, y dónde se pierda por culpa de la división, entonces pasarle factura a todos aquellos que no supieron (o no quisieron) ponerse de acuerdo.
Allí les dejo eso!
Gonzalo Martín
IG / TW: @gmartin1961
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