Son siete las empresas privadas que ensamblan vehículos en Venezuela y están agrupadas en la Cámara Automotriz de Venezuela (Cavenez). Entre todas sólo ensamblaron 896 vehículos en el país sumando de pasajeros y comerciales, según datos de la propia cámara.
De ellas, cuatro empresas no han ensamblado un vehículo en lo que va de año: FCA Venezuela (antes Chrysler), General Motors, MMC Automotriz y Toyota de Venezuela. De las que han ensamblado este año, Ford ha logrado 837 unidades, Mack 37 unidades e Iveco 22 unidades, para completar la menor producción nacional desde el año de 1962, cuando se inició el ensamblaje de vehículos en el país.
Atrás quedó el año 2006 cuando la industria nacional ensambló un total de 171.715 vehículos, para un promedio mensual de 14.310 unidades y el año estrella, el 2007, cuando se ensamblaron un total de 172.418 y en promedio 14.368 unidades.
Si bien desde el año 2008 la industria nacional decreció respecto a los años previos, se mantuvo estable alrededor de las 100.000 unidades producidas anualmente en el país.
Es a partir del año 2013, en el mandato de Nicolás Maduro, que la industria nacional comienza su caída hasta que hay está casi desaparecida. En el año 2013 se ensamblaron 71.753 vehículos, que significó una caída del 31% respecto al año 2012 y del 58,5% respecto al año 2007.
Sin dólares no hay vehículos
Desde el año 2014 el Gobierno de Nicolás Maduro prácticamente cerró el flujo de divisas para la industria automotriz nacional, mientras que la deuda acumulada del gobierno a las empresas ensambladoras alcanzó un descomunal monto de 2.000 millones de dólares, que no ha sido honrado.
Hoy como las cifras lo indican, la mayoría de las empresas ensambladoras están en una paralización indefinida. De las ensambladoras mixtas, como Venirán, se sabe que también está paralizada, mientras que los carros chinos Chery no son ensamblados en el país.
El gobierno de Nicolás Maduro ejerce el monopolio sobre la ventas de divisas en el país, bajo un esquema de reacionamiento cambiario, que ya ha sufrido de varias devaluaciones en un complicado esquema de cambios múltiples. Las empresas fueron autorizadas bajo los convenios cambiarios vigentes a realizar sus importaciones, que luego el gobierno no les liquidó (vendió) las divisas al precio establecido, incumpliendo los convenios.
Envejece el parque automotor
La vida útil moderna para un vehículo es de unos 5 años de uso. A partir de ahí comienza su proceso de obsolescencia y sus repuestos y piezas comienzan a hacerse escasas. El vehículo en general comienza a demandar un mayor mantenimiento, elevando sus costos de uso.
La brutal caída en la oferta de vehículos en el país impide la renovación de las flotas existentes, tanto de pasajeros como comerciales. Y con la fata de renovación aumentan los riesgos y accidentes.
Vista sobre una base mensual de producción, se entiende a la perfección el drama automotriz nacional: En 2015 se produjo un promedio de 1.525 vehículos al mes, el peor número en varias décadas. Pero en entre enero y abril de 2016 se produjo un promedio mensual de 224 vehículos, una caída del 85% respecto al promedio mensual de 2015.
Una monumental caída, que afecta severamente toda la cadena de valor de la producción nacional de partes y piezas automotrices, como baterías, amortiguadores, vidrios, cables, cauchos, asientos, gomas, bujes, concesionarios, etc.
Los empleos formales en el sector, también muere con la producción
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