Un prócer se fragua bajo una estructura ética indestructible. Su práctica, iluminada por el faro trascendental de los preceptos católicos, forjando siempre los deberes, bajo el manto de las virtudes cívicas.
Destacan allí valores que con especial humildad supo cultivar el Cardenal Urosa Savino
– La prudencia: Es decir actuar de manera justa, respetando siempre a los demás.
– La dedicación: que fue su norte como creyente en Jesucristo. De allí su permanente trabajo por los que más le necesitaban.
– la fraternidad: profesando el respeto a la dignidad de las personas.
– honestidad y ética: por la verdad y la justicia.
– La defensa de las virtudes de la patria: proclamando una sociedad justa, con paz, por un futuro mejor para todos.
-La generosidad: esfuerzo permanente por el bien colectivo.
La vida del Cardenal Urosa fue guiada por estos y muchos otros valores que se pueden resumir en su creencia de una Venezolanidad ejemplar.
En hora menguada de la patria, sostuvo con serena actitud y desbordante sabiduría, cobijar a los más necesitados, rescatar la institucionalidad, en un marco de respeto y humildad, pero firme en la defensa de estos postulados.
Su modelo de civilidad lo expresaba con la absoluta convicción de lograr pasos trascendentes hacia la búsqueda del bien común. Su voz serena se escuchaba por muy fuerte que fueran los vientos de la intransigencia.
Toda esta situación desesperada que vivimos tendrá que cambiar, y el pensamiento democrático fortalecerá las enseñanzas de nuestros proceres en las distintas etapas de la historia. Con fuerza han levantado la antorcha sobre la que debe estructurarse una sociedad inclusiva, que impulse la libertad en nuestro país.
Allí estará El cardenal Urosa, pastor del bien. Sus enseñanzas fortalecen a sus fieles y a un país que le reconoce su esfuerzo y su bondad, en defensa de todos los que sufren esta tragedia nacional.
Recordaremos a nuestro digno eclesiástico, el Cardenal Urosa.
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