El Comando del Teatro Oriental del Ejército Popular de Liberación de China ha desplegado sus fuerzas navales y aéreas, incluidos los buques de combate, las aeronaves de alerta temprana y los bombarderos, para patrullar las aguas y el espacio aéreo al suroeste de la isla de Taiwán y llevar a cabo ejercicios de combate.
El despliegue militar se produce tras el paso del destructor estadounidense USS Barry este viernes, calificado por el Gobierno chino como una provocación. “Este tipo de frecuentes provocaciones de EE.UU. demuestran plenamente que EE.UU. es un destructor de la paz y la estabilidad en el estrecho de Taiwán, y un creador de riesgos para la seguridad en todo el estrecho de Taiwán”, ha declarado este sábado Shi Yi, portavoz del Comando del Teatro Oriental.
Los ejercicios actuales del Ejército chino tienen como objetivo “mejorar las capacidades operacionales integradas”, detalló el vocero, quien indicó que planean organizarlos “regularmente” en función de la situación en el estrecho de Taiwán y de la necesidad de proteger la soberanía y seguridad nacional.
Por su parte, la Séptima Flota de Estados Unidos subrayó en un comunicado del viernes que el “tránsito rutinario” del destructor de misiles guiados USS Barry, de clase Arleigh Burke, por el estrecho de Taiwán transcurrió “a través de aguas internacionales de conformidad con el derecho internacional”.
“El tránsito del buque por el estrecho de Taiwán demuestra el compromiso de EE.UU. con un Indo-Pacífico libre y abierto”, señalaron los militares norteamericanos, al agregar que sus fuerzas “vuelan, navegan y operan en cualquier lugar donde el derecho internacional lo permita”.
Alianza trilateral de EE.UU., Reino Unido y Australia
Este miércoles, EE.UU., Reino Unido y Australia anunciaron la creación de una alianza trilateral de seguridad en el Indo-Pacífico, que lleva el nombre de AUKUS. Según las declaraciones de los representantes del Gobierno norteamericano, la nueva alianza tiene en la mira a China y busca reforzar la “disuasión integrada en la región” ante las maniobras militares de Pekín.
“Hemos hablado en detalle sobre las actividades desestabilizadoras de China y de los esfuerzos de Pekín por coaccionar e intimidar a otros países, en contra de las reglas y normas establecidas”, ha declarado este jueves el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, durante una rueda de prensa conjunta con el secretario de Estado, Antony Blinken, y sus homólogos australianos.
Si bien Austin ha afirmado que su país busca “resultados constructivos” en sus relaciones con China, mantiene los ojos abiertos respecto a “los esfuerzos de Pekín por socavar el orden internacional establecido”.
Isla en disputa
La isla de Taiwán se autogobierna con una administración propia desde 1949, cuando el general Chiang Kai-shek (1887-1975) se refugió allí tras ser derrotado en la guerra civil con los comunistas de Mao Zedong.
Pekín considera a Taiwán como una provincia propia, mientras que para el Gobierno estadounidense es un “vecino” democrático de China. La mayoría de los países, incluida Rusia, reconocen a Taiwán como parte integral de la República Popular China.
Por su parte, las autoridades taiwanesas afirman que ante las amenazas a su independencia, la isla “luchará en la guerra” y se defenderá “hasta el último día”, al tiempo que organizan simulacros de “invasión enemiga”.
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