No soy un gran tuitero, soy uno de esos de estándar para abajo; pero he tenido mis momentos de “fama” ya que algunos trinos que he escrito han tenido un relativo éxito, no es el caso precisamente al tuit que voy a comentar hoy.
La semana pasada escribí:
“O nos volvemos a unir, o nos volvemos a joder. ¡Sencillito pues!”
En un poco más de 48h replicó en 231 RT, 673 “me gusta” y 21 “comentarios” (este número no es real, ya que de un comentario se generan otros con respecto al mismo contenido).
¿El tema? La unidad en la oposición.
Por supuesto los RT y los “me gusta” son puntos de vista favorables al comentario, gente que está de acuerdo en conseguir la tan necesaria unidad en la oposición (entiendo que muchos que hicieron RT también hicieron click en “like”).
Pero quiero comenzar allí, en los comentarios, de los 21 originales se derivaron en unos 42 mensajes más con sus respectivas respuestas de otros tuiteros.
Hubo de todo, insultos y apoyos; pero sobre todo mucha incredulidad sobre el liderazgo opositor. También estuvieron unos pocos de eso que llaman “bots”.
Todos, absolutamente todos se fueron por los lados de las elecciones, como si yo hubiese llamado a votar; el insulto más ligero que recibí fue “Comeflor” por pedir unidad.
Tomo hoy estas líneas para explicar que la unidad es necesaria para actuar con toda la fuerza de la oposición en una sola línea de acción política; más nada.
De lograrse la unificación de criterios en los diferentes sectores de la oposición, y no hablo únicamente del liderazgo de hoy, hablo también de la gente; si el fin de todos es sacar a la dictadura, deberemos todos tragar grueso, ignorar las diferencias y salir adelante juntos, de lo contrario… “nos volveremos a joder”.
O sea, si se decide EN UNIDAD ir a elecciones pues habrá que ir, si se decide lo contrario pues no iremos. El tema es estar unidos, y luego, recuperada la democracia y si está correctamente instalada ella misma tiene sus propios mecanismos para poner las cosas y a los políticos en su lugar.
Dicho esto, paso ahora a decir que el reflejo de apoyo y rechazo a ese tuit es realmente el sentir en la calle, muchos quieren unidad y unos pocos que gritan muy fuerte son los intransigentes ¡es así!.
En los mercados, en los ascensores, en los barrios y urbanizaciones, en todos lados la gente está ocupada por subsistir, poco caso le están haciendo a la cosa política, pero en cuanto uno les pregunta qué hace falta para salir “de esto” dicen en su mayoría: “que venga alguien a quitarnos esta tragedia” y ese alguien jamás va a aparecer mientras en la oposición nos estemos atacando unos a otros.
Así ha sucedido siempre. No importa quién sea el líder, lo que importa es quienes y cuantos lo apoyen.
Eso el régimen lo sabe y motiva tanta desunión en la oposición, los que no lo han entendido son los muy pocos radicales que odian dentro de esa estrecha banda de opinión opositora. Por cierto, los más arrechos contra cualquier liderazgo que se asome, la inmensa mayoría no está en Venezuela e incluso, muchos, se esconden detrás de un seudónimo.
El mundo está impulsando una negociación, y eso no sólo se supone, ya se sabe de conversaciones incluidos ciertos intermediarios, el gobierno del Canadá, gran amigo de la causa democrática venezolana fijó posición: “serán los venezolanos los que decidan si aceptan a este CNE”.
Nos pusieron el balón donde siempre ha debido estar, en los pies de los ciudadanos.
Igual EEUU, Europa y paren de contar.
Todos exigen una salida… negociada.
Los únicos que no lo aceptan es esa escandalosa minoría de las RRSS y de la otra minoría de algunos políticos.
El régimen pareciera estar aceptando la situación (pareciera) y por supuesto lo hace por goteo y silbando en la oscuridad; o sea, no reconoce que está acusando recibo de la presión.
Entiéndase bien, las sanciones son, hasta ahora, la única herramienta de poder que tiene la oposición para que el régimen la tome en serio, en este momento la gente está desmovilizada por la pandemia, por la crisis que nos exige sobrevivir y por unos pocos políticos y ciudadanos que juegan a la terquedad en sus propias posiciones radicales y fantasías de salidas violentas que ni de lejos están por llegar. Hay que entender que únicamente nos tenemos a nosotros mismos.
El reflejo de ese tuit, es el reflejo de una Venezuela que quiere salir de esto con inteligencia y menos vísceras.
¡Allí les dejo eso!
Gonzalo Martín
IG / TW: @gmartin1961
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