El Secretario General de las Naciones Unidas afirma en su mensaje por el Día Mundial de Lucha contra la Desertificación y la Sequía, celebrado este jueves, que la humanidad está inmersa en un enfrentamiento “implacable y autodestructivo contra la naturaleza” y que por ello es necesario hacer las paces con nuestros ecosistemas.
“La biodiversidad está disminuyendo, la concentración de gases de efecto invernadero está aumentando y las huellas de nuestra contaminación se pueden encontrar hasta en las islas más remotas y las cumbres más altas”, alertó António Guterres.
Por ello, el titular de la ONU afirmó que la degradación de tierras ya sea a consecuencia del cambio climático o de la expansión de la agricultura, las ciudades y las infraestructuras, mina el bienestar de 3200 millones de personas, perjudica la biodiversidad y comporta la aparición de enfermedades infecciosas como la COVID-19.
Guterres explicó en su mensaje que la restauración de tierras, una opción sencilla, barata y accesible para todo el mundo, contribuye a eliminar el carbono de la atmósfera, a ayudar a las comunidades vulnerables a adaptarse al cambio climático y a aumentar la producción agrícola cada año en 1,4 billones de dólares.
“De hecho, es una de las formas más democráticas y favorables a los pobres de acelerar el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible”, resaltó.
Coincidiendo con el inicio del Decenio de las Naciones Unidas sobre la Restauración de los Ecosistemas, el titular de la ONU emplazó a todo el mundo a comprometerse a colocar la salud de los suelos en el centro de las iniciativas de planificación.
Los compromisos adquiridos por más de un centenar de países con motivo del inicio del Decenio concretan la restauración de cerca de 800 millones de hectáreas –un tamaño comparable a la superficie de China- a lo largo de los próximos 10 años.
Texto ONU
Foto Leisa
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