Hoy se revive por doquier el dilema. Algunos sin mucha conviccion repiten “yo no valido al Gobierno”, “se vota, pero no se elige”, “sin condiciones, no hay elecciones”.
Las anteriores expresiones no son más que eslóganes que proliferan en las gigantescas cadenas periodísticas de un sector de la oposición con las cuáles han orientado en la mejor forma goebbeliana posible al pueblo llano a cumplir sus estrategias, mismas que han resultado fallidas en el objetivo común del cambio de gobierno y que por el contrario han afianzado a Maduro en el ejercicio del poder. Pero eso, por viejo es sabido, y representa ya material trillado de la política nacional, pues al fin de cuentas allá en Caracas se entienden y se dan el vuelto sin que nada tenga que ver con los intereses y necesidades de las regiones.
Lo único real es que a finales de este año se abre la posibilidad de renovar nuestras autoridades del gobierno regional y gobiernos municipales, además de elegirse nuevos concejales y nuevos legisladores.
Para tal fin, la Asamblea Nacional vigente acaba de designar un nuevo Consejo Nacional Electoral y ya algunos argumentan que una Asamblea ilegítima no puede producir un órgano electoral legítimo, que si la composición del CNE de tres en favor del gobierno de Maduro y dos a favor de la oposición no es justa, etc.
En fin, el mismo tira y encoge de nunca acabar mientras los ciudadanos perecemos por pandemia o por hambre y algunos venezolanos huyen por la frontera y otros nos quedamos aquí como pajarito en rama, mirando de un lado a otro lado sin saber qué hacer. Entretanto, nuestra vida es un desastre de nunca acabar.
Dice un gran grupo de entendidos de la sociedad civil caraqueña que este es el mejor directorio posible que se podía alcanzar en las actuales circunstancias país. Si revisamos los nombres de los ciudadanos que estarán en ese directorio podremos corroborar esa opinión. Por la oposición, Enrique Márquez, Roberto Picón, Francisco Martínez, León Arismendi y Griselda Colina, intachables e indubitables opositores.
Ahora bien, la pregunta de las cuarenta mil lochas: ¿Pueden ellos ser garantía de todas las expectativas del mundo opositor?
Ciertamente no pueden serlo, ni debemos exigirles imposibles. La responsabilidad no es atribuible solo a ellos, por el contrario es una corresponsabilidad de todos los que nos oponemos a la barbarie en Venezuela buscar el cambio político y, para decirlo en breves palabras, paso a recordar lo que a diario nos remacha el Dr. Eduardo Fernández:
“Sí son posibles los cambios regionales si presentamos candidatos a gobernadores y alcaldes de comprobada solvencia moral, con el reconocimiento y el afecto de las comunidades que aspiran representar, que tengan un mensaje claro, realizable y que además tengan una estructura partidista capaz de buscarles y cuidarle los votos afectos”.
Por eso, desde Unión Progreso Carabobo, estamos empeñados en estructurar un gran movimiento político que sea capaz de sustentar candidatos a gobernador, alcaldes, legisladores y concejales con un amplio afecto y reconocimiento de los carabobeños y alcanzar el cambio deseado, por la terrible situación que a diario sufrimos en nuestro estado.
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