La Venezuela de Maduro: El país de la desigualdad social

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La desigualdad territorial o espacial es un problema que se presenta en todos los países latinoamericanos, con la particularidad del poco interés en desarrollar estudios e investigaciones que expliquen y analicen cuál es la condición actual de los territorios que conforman nuestros países y cuáles son los elementos que más influyen en la existencia de dichas dicotomías. En este artículo se evaluó la distribución espacial de la desigualdad en las entidades federales del territorio venezolano con la aplicación de métodos de estadística multivariante (Análisis de Componentes Principales y Análisis Clúster) a un conjunto de indicadores socioeconómicos del año 2011 provenientes del Instituto Nacional de Estadística de Venezuela (INE). Los resultados indican que la condición de los hogares tanto por línea de pobreza, como por Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI), así como las características de la Población Económicamente Activa, fueron las variables que más influyeron en las dicotomías territoriales que existían en Venezuela para el año 2011, y de acuerdo a los resultados obtenidos Venezuela puede ser dividida en cinco grupos de entidades federales, cada uno de ellos con características sociales, económicas y territoriales muy específicas.

Venezuela es hoy un país más pobre y desigual. … Según los datos de Encovi, un 96, 2 por ciento de los hogares venezolanos es pobre y un 79,3 por ciento está en pobreza extrema, pues sus ingresos no les permiten costear la canasta alimentaria.

 

Venezuela es hoy un país más pobre y desigual.Esa es la principal conclusión de la más reciente Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) del período comprendido entre noviembre de 2019 y marzo de 2020, cuyos resultados muestran un empeoramiento generalizado en todos los indicadores del país.

Según los datos de Encovi, un 96, 2 por ciento de los hogares venezolanos es pobre y un 79,3 por ciento está en pobreza extrema, pues sus ingresos no les permiten costear la canasta alimentaria.

“No tenemos en los últimos 60 años registros de nada parecido (…). Nos estamos pareciendo, en una serie de indicadores, más a situaciones que registran países africanos que lo que muestran nuestros pares suramericanos”, dijo una de las coordinadoras del proyecto, la profesora Anitza Freitez, en entrevista con EL TIEMPO.

En los gráficos se evidencia la tendencia creciente de la línea de pobreza, especialmente entre 2014 y 2019, período en el que el producto interno bruto (PIB) sufrió una caída de 70 por ciento.

“Después de haber registrado durante más de cinco años consecutivos una contracción del crecimiento económico y de haber vivido un proceso hiperinflacionario que aún persiste, las familias venezolanas han visto completamente destruidos sus ingresos y con ello su poder adquisitivo, viéndose limitadas a satisfacer necesidades esenciales, entre ellas, la más importante, la alimentación”, explicó Freitez, quien es directora del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la Universidad Católica Andrés Bello (Ucab).

La encuesta revela, además, que en el mismo período, sobre todo en el último año, ha aumentado la desigualdad en el país. “Lo que el (ex)presidente (Hugo) Chávez, con mucho orgullo, mostraba en la década del 2000, durante el período de bonanza económica, que el país había logrado reducir los niveles de desigualdad y se ubicaba entre los países de América Latina con menor desigualdad, ya eso es historia pasada”, dijo Freitez.

 

El equipo que coordinó junto con el también profesor de la Ucab Luis Pedro España detectó desigualdades importantes, principalmente, en materia de acceso a alimentos, equipamiento de hogares y educación.

Esta edición de la Encovi, referencia obligatoria en cuanto a realidad social y económica de la población venezolana desde 2014, cuando fue publicada por primera vez, tenía el reto de actualizar el perfil demográfico del país, tras la que calificaron como una oleada emigratoria inédita con enormes efectos sobre la reducción del volumen de la población, el nivel de envejecimiento y la configuración de los hogares.

Las familias venezolanas han visto completamente destruidos sus ingresos y con ello su poder adquisitivo, viéndose limitadas a satisfacer necesidades esenciales

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“Han aumentado considerablemente los hogares unipersonales, porque si se trataba de parejas en las que ha emigrado el hombre, pues queda la mujer al frente del hogar”, dijo Freitez, al tiempo que aseguró que son ellas quienes están recibiendo la mayor parte de las remesas que, antes de la llegada de la pandemia a Venezuela y los países receptores, llegaba al 10 por ciento de los hogares venezolanos, tuvieran migrantes o no, según pudieron detectar los académicos.

 

De acuerdo con Encovi, de cada cinco hogares venezolanos, uno reporta que al menos uno de sus miembros ha dejado el país en los últimos años.

“Pospandemia, en la medida en que los otros países vayan mejorando, las posibilidades de que vayan a recibir migrantes venezolanos siguen siendo altas, porque la situación en Venezuela, y los resultados que hemos mostrado dan cuenta de ello, sigue siendo muy difícil para la vida cotidiana de la población venezolana”, acotó Freitez.

Durante la cuarentena, de hecho, las cosas han empeorado. Los números de Encovi muestran, por ejemplo, que 43 por ciento de los hogares se han visto afectados por la pérdida de empleo o por la reducción de sus ingresos, que la percepción de remesas se ha reducido a la mitad y que 70 por ciento de los hogares sufren con el aumento del precio de los alimentos.

 

El panorama del país en estos meses que siguen no es nada alentador. No hay nada que nos permita visualizar que la situación de Venezuela pueda mejorar pospandemia si no hay cambios profundos, que tampoco están a la vista”, lamentó Freitez.

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