Mundo al revés por Arnaldo García Pérez

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El mundo ha estado siempre en una constante batalla. Desde nuestros orígenes, el hombre ha luchado con la naturaleza y contra sí mismo, como especie, por el dominio y el control. Unos lo hacen buscando siempre el bien colectivo, mientras que otros se han caracterizado por estar obcecados en el control y la tiranía. El bien y el mal han desencadenado constantes y permanentes batallas. Las fuerzas del bien han estado en un permanente alerta para defenderse de las arremetidas del mal y de sus intenciones de dominar el mundo. Han sido muchas las acciones, a lo largo de la historia, que ejemplifican esas sangrientas peleas. Tanto así, como guerras podemos contar en nuestra historia. No es una película de ficción, es la pura verdad.

Dentro de ese obsesionado objetivo de controlar el mundo, las fuerzas malignas han desarrollado numerosas estrategias que van orientadas a cambiar nuestra manera de pensar y sentir. Buscan romper nuestros esquemas del pasado, para instaurar otras formas de relacionarnos, bajo promesas de mayor bienestar y riqueza. Tras la bandera de la igualdad, buscan despertar la mezquindad en las personas para hacerse de un accionar reivindicativo fantasioso. Tras un falso libre albedrio, ofrecen la libertad de culto, sexo o estado, transfigurando los órdenes establecidos socialmente.

Hay un acentuado efervescer de conductas negativas que buscan transgredir las normas sociales, intentando permanentemente desconocer las pautas morales convenidas socialmente y privilegiando intereses mezquinos, impulsos negativos y reacciones condenables, enalteciendo el individualismo y el egoísmo. Esto es lo que podemos llamar el despertar de los antivalores. Podemos observar como en todo el mundo han proliferado grupos organizados o no, que buscan el estímulo de los antivalores: proclamando guerras conspirativas, movimientos fuera del proceso socialmente aceptable y en otros casos en el reforzamiento de conductas negativas que inciten a la corrupción, la deslealtad, al individualismo desmedido.

La invasión al Capitolio en los Estados Unidos, el llamado a la Conspiración Mundial, La libertad de género auspiciada para jóvenes y niños sin orientación, la aprobación en países del aborto sin control, nos demuestran lo díscolo de este momento en el mundo.  Una reciente cuña comercial de una empresa de blindaje de vehículos, que invita a la vida fácil, a través de los beneficios de la corrupción y con un lenguaje que denigra no solo de la condición humana, sino de la mujer y de la sociedad, son ejemplos más que evidentes de lo peligroso de esta acometida del mal.

Tenemos la obligación de combatirla. Y para ello poseemos una de las armas más poderosas: Nuestros Valores. Hay que desempolvar nuestros comportamientos colectivos y volver a lo que siempre fuimos, gente trabajadora, honesta y respetuosa. Sociedades basadas en valores firmes como el respeto, la verdad, la honestidad, el altruismo y la solidaridad. Rescatemos nuestros valores y con ellos nuestras actitudes positivas para funcionar como sociedades armónicas. Es una tarea individual que conecta y suma. Cada uno desde su accionar personal haciendo lo correcto. Libremos la batalla más importante en nuestra historia moderna y derrotemos al mal que nos acecha.

Que la fuerza y Dios nos acompañe.

Saludos

Arnaldo García Pérez

@arnaldogarciap

www.arnaldogarciap.blogspot.com

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