2021, comenzó el gran reto.
Una perogrullada describir el 2020 y seguir lamentándose por eso, hay que seguir adelante.
Este año que apenas comienza se nos presenta con retos mayores, no solo seguir sorteando el COVID19, sino a pesar de él, retomar nuestro camino de progreso.
La pandemia no se va a acabar de un día para otro, aún no tiene fecha de vencimiento así que deberemos continuar lo que dejamos pendiente desde marzo del pasado año.
Mañana será un día en el que ya sabemos lo que sucederá, habrá actos protocolares en la toma de la AN como si fuese legítima, eso está escrito en el libreto de la dictadura; ahora, ¿qué pasará con la verdadera AN y sus miembros?
Recién, el pasado sábado 26/12 la AN legítima aprobó una modificación al Estatuto de Transición, dándole continuidad administrativa y legal hasta enero del 2022. Ciertos cambios se hicieron en la conducción del gobierno interino, así que no será difícil suponer que a partir de mañana se utilizarán todas las herramientas para perseguir a los diputados que aún reclamen su legítima curul y he allí el primer gran reto.
¿Qué hará el Presidente Guaidó y los demás miembros de la Asamblea Nacional?
En mi opinión, pienso que sería una excelente demostración de democracia y unidad que el Presidente Guaidó entregue la presidencia como fue siempre la tradición legislativa, ya que la lucha por la libertad no es seguir a una persona sino lo que ésta, en su momento, representa.
En mi opinión, la causa democrática que hasta hoy tiene el apoyo de más de cincuenta países no debería verse afectada por un cambio de presidencia, más bien, todo lo contrario, reforzaría el concepto de democracia y alternabilidad frente al escenario mundial.
Ahora…
¿Habrá quien lo suceda? ¿Habrá algún(a) diputado(a) dispuesto(a) a correr el riesgo que asumió Guaidó?
Espero que sí, aunque entiendo perfectamente que la decisión es muy difícil.
Esto, habla muy bien del Presidente Guaidó y del coraje de haber asumido sin desmayo la responsabilidad de conducir esta batalla democrática.
Por otro lado, un cambio de líder y la alternancia del poder; que por supuesto tenga el mismo compromiso de lucha que ha tenido el Presidente Guaidó, le daría aires frescos al forcejeo contra la tiranía venezolana.
Además que callaría esas voces tóxicas que tanto han afectado la unidad en la oposición, las mismas voces que insisten en que cada acción que se toma “le da aire” a la dictadura, desconociendo el hecho, de manera intencional, que no hay nada que le dé más aire al régimen de Maduro que la desunión en la oposición, la crítica agresiva y sin aporte que estimulan las dudas sobre la dirigencia democrática.
Y este es el otro gran reto.
Consolidar de nuevo la unidad de lucha democrática, sea el Presidente Guaidó o cualquier otro(a), está en la obligación de retomar el diálogo interno, conglomerar a las diferentes opiniones opositoras en un mismo riel para buscar el mismo destino.
No se puede continuar en un “cada uno por su lado”; eso no nos ha traído ningún beneficio y peor, ha perjudicado. Y que, por demás, nos permitirá volver a la carga con protestas y reclamos contra la dictadura y sobre todo envíar el mensaje a nuestros aliados democráticos del mundo que estamos todos, repito, todos encausados en la misma lucha y en UNIDAD.
El otro gran reto, es organizar el descontento social, no es fácil, ya sabemos que todo luchador regional es detenido y amenazado, y este es otro gran espacio que hay que recuperar, la organización civil que canalice el descontento hacia el régimen. Cientos de protestas se llevan a cabo en Venezuela todos las semanas, todos los días; pero cada una por su cuenta y en todas se hace el mismo reclamo ya que hay la misma frustración y arrechera, las fallas de un Estado corrupto que no soluciona la miseria de la gente.
También está la posibilidad que tengamos un gobierno interino en el exilio debido a la modificación al Estatuto de Transición, hay que ver que nos trae esto, pues con líderes en el exilio, casi habrá que comenzar de cero.
Así comienza el incierto 2021, nos traemos del anterior la pandemia y la desunión en la oposición, o sea el cansancio y desencanto de lucha.
Afortunadamente, Venezuela ha sido un cuero seco a la dictadura desde el 2002 hasta la fecha, cada vez que nos hemos caído nos hemos levantado.
Que este 2021 sea, otra vez, el año en que resurjamos.
Recibamos este nuevo año con ganas y la obstinación hacia una dictadura corrupta, cruel e ineficaz.
El bienestar que recibamos este 2021 dependerá, como siempre, de nuestra actitud, y de nuestra determinación nacerá de nuevo la presión, y de esta presión tendrá que venir de nuevo nuestra esperanza, está vez ganada por nosotros mismos.
Allí les dejo eso!
Gonzalo Martín
IG/TW: @gmartin1961
Deja una respuesta