Hay que recordar que estamos celebrando la Jornada Mundial del Migrante n° 106. Es decir, la Iglesia Católica, desde hace más de 100 años ha avanzado en una serie de reflexiones y documentos específicos en atención al migrante y refugiado.
En el contexto actual, año 2020, respondamos brevemente a estas tres preguntas:
1 – ¿De quién estamos hablando?
Hablamos de 250 millones en el mundo, migrantes, desplazados y refugiados, hombres, mujeres, jóvenes, niños, ancianos, con un profundo deseo de paz y un tremendo anhelo de mejores oportunidades, para sí y para sus familias.
2 – ¿Por qué se da este fenómeno de la emigración? ¿Por qué emigran?
Huyen del hambre, de los conflictos armados, de las violencias y persecuciones políticas, raciales o religiosas, de la pobreza o de desastres naturales. Por miedo, por necesidad o por desespero están dispuestos a enfrentarse a cualquier peligro y arriesgar sus vidas, y muchos mueren en el proceso.
3 – ¿Por qué yo? ¿Qué tenemos nosotros que ver con el migrante?
Sencillamente porque somos humanos, porque el mundo es de todos, porque todos tenemos el mismo derecho a gozar de los bienes de la tierra. Porque no somos ciegos, y vemos a los que salen o a los que llegan, porque no son números sino personas, …
No somos ciegos, ni sordos, … somos de la misma raza y familia de Dios; … en los ojos de los migrantes y refugiados tenemos la oportunidad de reconocer los mismos ojos de Cristo Jesús.
No hay espacio para espectadores o curiosos. Cada cual tenemos que asumir un rol como sociedad, como iglesia y como individuos, como pueblo desde donde emigran o como pueblo receptor de migrantes.
Perfectamente: el problema es extenso y solo hay una manera de solución: trabajar juntos y trabajar sin miedo.
Primero, trabajar “juntos”: Gobiernos, Política, Naciones, Iglesia local, Conferencias Episcopales, Parroquias, Universidades, ONG, personas etc., este es un asunto de todos y cada uno de nosotros.
Segundo, trabajar “sin miedo”: son muy comunes las escusas de que ellos son “criminales”, son “aprovechados”, vienen a “quitarnos el trabajo”, vienen para “dejarse explotar”, “son demasiados”, son “unos flojos”, vienen a quitarnos el “sudor de tantos años” … nuestros miedos no debemos usarlos para ahogar el auténtico miedo de los demás. Aquí es cuestión de solidaridad y de compartir.
Recordemos la Insistencia del Papa Francisco:
“¡No son números sino personas!”
Ahora bien, vivimos en una era digital, el mundo es una pequeña aldea, todo lo vemos y todo lo conocemos. Pero vivimos el riesgo de quedarnos en la realidad “virtual” o “digital”.
El drama migratorio, está en nuestro escritorio con lujo de videos, fotos espeluznantes: caminantes en el Páramo de Berlín, masas de refugiados bajo los puentes, o en campamentos rodeados con cercas de alambre, escenas de ahogados en el mar de Lampedusa, niños descuartizados en bombardeos en Siria… Y, apagado internet, todo pasa al olvido.
La magia de lo digital: todo es tan cerca y tan lejos.
Y no es suficiente con las campañas de sensibilización de los ojos y los oídos: hay que meterle el hombro, manos a la obra, entre todos, en nuestras organizaciones parroquiales, en nuestros apoyos a la educación, con nuestros recursos financieros y humanos como profesionales.
El camino es oración, humildad y caridad.
Una oración que nos lleve a ver, una humildad que nos mueva a operar con amor. Recordando que no lo hacemos solo por los demás, sino que con nuestra caridad crecemos en humanidad y en catolicidad.
“MIGRANTES: HOY COMO AYER”
Padre Francesco Bortignon Fernando Tirro
Misionero de San Carlos Movimiento Laico Scalabriniano
bortignonfrancesco@hotmail.com mls_valencia@yahoo.com
Todos los martes y Jueves a las 11.00am por 97.5fm “La Voz de Dios” – Valencia / Venezuela
Y por:
Radio Infoenlace.net
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