El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dejó entrever que mantiene sus dudas sobre su decisión de reconocer a Juan Guaidó como mandatario encargado de Venezuela y dijo que podría considerar reunirse con Nicolás Maduro.
En una entrevista ofrecida al periodista Jonathan Swan para Axios, Trump indicó que no tiene mucha confianza en el también líder del Parlamento, pues hasta el momento no ha logrado sacar del poder a Nicolás Maduro pese al apoyo de Estados Unidos y decenas de naciones del mundo.
Cuando se le preguntó si lamentaba su decisión de seguir el consejo de su exasesor de seguridad nacional, John Bolton, sobre Guaidó, Trump inicialmente dijo que no, pero luego aseguró: «Podría haber vivido con él o sin él, pero estaba muy firmemente contra lo que está pasando en Venezuela».
Trump dijo que en el momento en que intervino y reconoció a Guaidó, fue elegido. Dijo que no estaba necesariamente a favor. «No creo que haya sido, ya sabes, no creo que haya sido muy significativo de una forma u otra», agregó.
Sobre una posible reunión con Maduro, Trump dijo que tal vez podría pensarlo. Recordó que al líder del régimen le gustaría reunirse y nunca él nunca se opone a las reuniones.
Trump y Bolton
Las palabras de Trump sobre Guaidó concuerdan con lo que apunta John Bolton, exconsejero de Seguridad Nacional, en su explosivo libro de memorias que llega a las librerías este martes, que ya circula por Internet y del que los medios han adelantado numerosos extractos, indicó El País de España, que hace eco de la información.
Bolton explica que Trump, poco después de reconocerlo como presidente legítimo, expresó dudas sobre Guaidó, que le parecía un muchacho en contraste con el fuerte Maduro. Trump, según Bolton, llegó a plantearse una rectificación, después de colocar tras él todo el apoyo de la maquinaria de la diplomacia estadounidense.
Que Trump acabara abriendo la puerta a una posible reunión con Maduro supondrían un giro radical en la que ha sido la política de su administración con Venezuela. Un insólito cambio de estrategia, difícil de explicar a cinco meses de las elecciones presidenciales, en las que la postura firme de Trump contra Maduro constituye, para los republicanos, un argumento ganador en un estado clave como Florida.
La administración Trump, y particularmente el secretario de Estado, Mike Pompeo, ha dedicado una enorme energía a la defensa de Guaidó. En febrero de este mismo año el líder opositor fue recibido por el presidente en la Casa Blanca y ovacionado en el Capitolio durante el discurso del estado de la Unión.
La apertura a reunirse con Maduro no solo supondría un cambio en la política de Estados Unidos hacia Venezuela, sino que significaría una sacudida para el propio Guaidó. Venezuela
«Con el paso del tiempo, el líder opositor ha visto cómo sus aspiraciones de sacar del poder a Maduro se han ido esfumando al tiempo que crece el malestar entre los críticos con el chavismo por su actuación, pues consideran que perp gobierno interino y depender de los movimientos de Estados Unidos y la comunidad internacional no ha dado los frutos que se esperaban», señaló El País.
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