Desde que llegó el socialismo al rico país todo cambió. Ya desde el año 2000 expertos en el área indicaban que no se había vuelto a poner atención en las áreas de interconexión y distribución. Que en el occidente del país se había dejado de hacer mantenimiento como en otras regiones, pero era mucho más delicado en esos estados porque no contaban con un suministro confiable y permanente de hidroelectricidad. El proyecto Uribante Caparo no fue finalizado en 1999 y tampoco se hicieron inversiones para retomar la obra después de esa fecha.
Y de tantas advertencias Venezuela tiene historia con las fallas del socialismo experimental de Chávez y su legado. En 2006, Chávez prometió que Venezuela se convertiría en una potencia energética mundial. Aunque Chávez alternó a figuras civiles con militares en el manejo del sistema, cuando Nicolás Maduro llegó al poder en 2013 comenzó a poner el énfasis en los líderes castrenses.
En 2007 se había nacionalizado el sector eléctrico, bajo el nombre Corpoelec, Corporación Eléctrica Nacional tras fusionar compañías regionales encargadas de la generación y transmisión de energía en el país. (El socialismo estatifica todo para tener control de la sociedad).
El primer gran apagón afectó al menos ocho estados del país, es decir el 40% del territorio nacional, se produjo por un incendio forestal debido a un corto circuito en la estación hidroeléctrica del Embalse del Güri.
Según Ramón Rodríguez Chacín, para ese entonces ministro para las Relaciones Interiores y Justicia: El apagón de gran magnitud que registró a partir a 3:59 de la tarde se originó por una falla de la generación en Güri, lo que derivó en un recalentamiento en una de las líneas de alta tensión de 800 kilovatios.
En 2010 luego de la grave crisis energética atribuida a una sequía que hizo descender a niveles críticos el agua de la represa de El Guri, ubicada en el estado Bolívar, Chávez a declaró una “emergencia eléctrica” y ordenó un plan de racionamiento, después denominado de “distribución de cargas”, con apagones programados.
Pero para el momento Chávez culpaba a sectores oligarcas de la población por consumir mucha energía y la oposición por su parte denunciaba la falta de mantenimiento e inversión necesaria acorde al crecimiento poblacional.
El 17 de junio, el ministro para la Energía Eléctrica, Alí Rodríguez, declaró que la crisis eléctrica no ha terminado, pero que “lo peor ha pasado”. Sin embargo los apagones en el interior del país continuaron.
Ya para ese año 2010, Corpoelec culpó a una iguana de dejar sin luz a 10 sectores de Anzoátegui .
Un apagón afectó a buena parte de Venezuela en abril de 2011, tras la caída de dos de las líneas de mayor capacidad. Tal corte duró unos 15 minutos en Caracas, pero se prolongó por horas en estados como Aragua, Carabobo o Zulia.
Nicolás y la corona que no supo llevar
El abril de 2013 con Nicolás Maduro coronado como el hijo del supremo legado de Chávez -despues de su muerte- se produjeron más cortes del fluido eléctrico. En septiembre 2013 otro apagón dejó sin electricidad varias horas al 70% de su territorio, por lo que los comercios cerraron y hubo atascos de tránsito enormes. El metro de Caracas tuvo que cerrar. En diciembre de ese mismo año, otra falla afectó a medio país. El entonces ministro de Energía, Jesse Chacón, dejaba de lado atribuirle las fallas a causas naturales para señalar directamente al: “sabotaje y negligencia”, que produjo una falla en el tendido eléctrico.
En marzo del año 2014, dos incendios en el Ávila dejaron sin electricidad a sectores del centro de la capital, mientras que en junio un corte de energía eléctrica afectó durante horas a diversas comunidades de la ciudad y una decena de estados. Una avería por disparos de unidades de generación Occidente, Los Andes y Centro del país, dejó sin servicio a varias ciudades del país incluyendo a Caracas, así lo informaba la compañía estatal Corporación Eléctrica a través de su cuenta en la red social Twitter.
Para el 29 de septiembre, a oscuras quedaron 12 estados del país. El 5 de agosto se repitió la historia debido a una avería en la línea 230 Yaritagua-Acarigua, que dejó sin luz y sin aguaa Barinas, Portuguesa, Táchira, Carabobo, Cojede y Acarigua.
El gobierno decretó el cierre temporal de muchas de sus oficinas que ahora solo trabajarían dos días por semana (de 7:30 de la mañana a 13:00). Las medidas incluyeron la reducción de la jornada laboral del sector público en un 40%, que afectó a centros comerciales y hoteles, a los que se les pidió instalar sus propias plantas eléctricas.
Nuevos planes de racionamiento se aplicaron en 2016, por cortes que el gobierno nacional vinculó con cuestiones climáticas: una nueva sequía, esta vez provocada por el fenómeno de El Niño.
Los apagones se incrementaron a lo largo de 2017 y, en octubre, una falla eléctrica dejó sin energía durante ocho horas a la ciudad de Maracaibo y otras zonas del estado Zulia, una de las regiones más afectadas por los apagones.
Nicolás Maduro denunció que el apagón ya no era la iguana ni la oposición venezolana directamente, sino un hombre mayor, blanco, de semblante amargo, cano, con barba y vestido con ropa que se asemeja a la bandera de los Estados Unidos, la falla eléctrica era resultado de una acción terrorista del tío Sam.
En Navidad, el 24 y 25 de diciembre de 2017, también se registraron fallas en varias regiones. El estado Zulia se quedó sin luz antes de la cena navideña de ese 24 de diciembre, usuarios a través del Twitter denunciaron que el apagón duró más de 18 horas.
A comienzos del año 2018, el 2 de enero, sectores de cinco estados y de la capital quedaron sin energía durante varias horas, sumándose a permanentes racionamientos de agua. Dos apagones en enero afectaron a Caracas y distintas regiones.
Se replicaron los cortes en febrero 2018. A finales de agosto otros dos cortes de gran alcance, separados por menos de 24 horas, se registraron en Caracas y en los estados Miranda y Vargas. En Zulia algunos sectores quedaron sin suministro hasta cuatro días.
Según el ministro de Energía Motta Domínguez, “fue saboteada la subestación Santa Teresa 3, produciéndose un explosión y voraz incendio. Esta acción vandálica y terrorista afecta gran parte de la Región Capital”.
El 22 de febrero 2018, nueve estados del occidente del país afectados: Zulia, Mérida, Táchira, Trujillo, Barinas, Portuguesa, Lara, Falcón y Yaracuy se encontraban aún sin luz, reportaron usuarios en Twitter.
Y los expertos seguían apuntando las fallas con el deterioro de la infraestructura por falta de inversión, impericia y corrupción. Siguieron los días de inestabilidad eléctrica, en octubre 2018 se volvió a repetir un apagón de más 24 horas en buena parte del país. En noviembre los cortes llegaron a la isla de Margarita (Nueva Esparta), y a los pocos días otro apagón golpeó de nuevo al Zulia.
El año 2019 abrió con un prolongado apagón, mientras que el pasado jueves, cerrando una década de fallas, se registró el peor de los apagones en la larga crisis eléctrica. Y desde las 4:54 pm del jueves 7 de marzo, un megaapagón dejó a oscuras al país, cuya población entró en caos sin servicios básicos, quedando desconectada de Internet y sin señal telefónica para denunciar e informarse al respecto.
2020 sorprendenos !
(mayo) 2020 persiste la crisis del sistema eléctrico, siguen los apagones en el país de lo posible pero a estas estampitas coleccionables se les suma desde el 17 de marzo el decreto de ‘cuarentena social total’ por el coronavirus, en medio del caos de los servicios básicos para cualquier mortal: agua, gas, combustible además de la propia escasez y precios internacionales de medicinas y comida. Una hiperinflación a la máxima expresión, discursos retóricos de nunca acabar sobre los enemigos y las sanciones… ahora sin señal satelital y sin acceso a Directv; cuentos que van y vienen sobre los buques mágicos que solucionarán la sequía de la gasolina en el país, la incertidumbre de cuál será más letal el COVID-19 o el socialismo del siglo xxi y con políticos de oposición más falsos que una vacuna china, todo… mientras se hunden cada vez más los resilientes “pobres” venezolanos, sin ninguna salida a la calamidad que los ha condenado con el correr de los años, la debacle del país.
Deja una respuesta