La avalancha de información que inunda las redes sociales con cientos de noticias falsas y cadenas de pánico puede provocar efectos nocivos en la estabilidad mental de los ciudadanos. Aquí, una guía con recomendaciones de expertos para evitar ser blanco de la ansiedad, el miedo y la depresión durante los periodos de aislamiento.
El constante flujo de contenidos falsos y cadenas que infunden pánico puede llevar a las personas a concentrarse solo en las peores posibilidades y, con ello, afectar la estabilidad mental de quienes no logran trazar barreras entre lo racional y lo extremista.
Para la psiquiatra Julia Machado Salazar, especialista de la Pontificia Universidad Católica Argentina, es claro que sería ilusorio creer que los periodos de cuarentena resultan agradables para los ciudadanos, pero, ante ello, la clave es asumir que se trata de una medida sanitaria de prevención para controlar la expansión del brote, no de un mensaje apocalíptico.
Lo que asegura Machado, coincide con lo planteado por Laura Romero Angarita, creadora del blog ‘Que Buena Salud’ y autora del libro ‘Tu cuerpo te ama’ (Editorial Grupo Planeta), quien afirma que es prioritario ver la cuarentena como un lapso transitorio ideal para poner en marcha los proyectos que usualmente son aplazados por la falta de tiempo.
1. Reconozca las redes sociales como disparadores de ansiedad y evite creer en todos los mensajes que ve. Confíe únicamente en la información verificada, esta solo la encontrará en las autoridades médicas (Ministerios de Salud, Organización Mundial de la Salud) y gubernamentales (Presidencia, Gobernación, Alcaldía), así como en medios de comunicación con amplia trayectoria.
2. Manténgase en contacto de manera virtual con amigos y familiares, pero no se obsesione con esto. Saturar las vías de comunicación con ellos (a través mensajes de WhatsApp o directos en Instagram, Facebook o Twitter) pueden inducirlos en estados de alerta y desesperación. Si usted mantiene la calma, contribuirá a que ellos también la conserven.
3. Aprenda a diferenciar entre un episodio de ansiedad y un ataque de pánico, ya que el segundo caso es un trastorno psiquiátrico que reúne varios síntomas y se deriva de una preexistencia que requiriere, en buen número de casos, de tratamiento farmacológico, mientras que el primero puede ser una reacción pasajera ante la avalancha de datos sobre el Covid-19, que podría ser contrarrestada con el apoyo de familiares y amigos.
4. Deslinde o desvincule las reacciones de angustia ante la expansión del virus, que son consideradas como muestras emocionalmente esperadas, de los cuadros psicopatológicos, es decir, de las manifestaciones que no dependen de lo que está ocurriendo en el presente o del temor a lo que podría registrarse en el futuro cercano.
5. No confunda ansiedad con claustrofobia, dado que este último es el miedo irracional a lugares cerrados o restricciones de movimientos y requiere tratamiento psicológico y psiquiátrico, mientras que el primero es una respuesta conductual a la situación de aislamiento y carencia de salidas de ocio.
6. Recurra al ejercicio en casa, los juegos de mesa, el dibujo, la pintura, la escritura, la danza, la música, la meditación o la cocina como métodos para reducir la sensación de ansiedad o aburrimiento. Mover el cuerpo le será vital para no quedarse en el mundo de las ideas.
7. Adopte la premisa de vivir un día a la vez, lo ayudará a reducir la tensión y la incertidumbre desencadenada por la formulación de preguntas que buscan encontrar respuestas inmediatas que no están disponibles todavía.
8. Controle los periodos de revisión de los dispositivos móviles. Evite la dependencia informativa y reemplácela por actividades que beneficien su equilibrio al darle importancia no solo al plano mental, sino también al corporal, por ejemplo, al realizar estiramientos periódicos de sus piernas y brazos. Absténgase de observar redes sociales antes de la hora de dormir y, durante el día, póngase el límite de ver o leer noticias máximo tres veces.
9. No se quede en la cama todo el día ni se centre en pensamientos anticipatorios que puedan conducirlo a un estado de depresión. Báñese, use ropa limpia y mantenga su casa aseada.
10. Tome el silencio y la pausa como una oportunidad para sanar heridas internas o resolver asuntos pendientes. Evite discusiones innecesarias o controversias por asuntos políticos, religiosos o médicos. Dedique su atención únicamente a las actividades que lo hagan sentir bien.
Con información de www.france24.com
Foto: www.elvocero.com
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