El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, abandonó el sábado la cumbre del G7 buscando tranquilizar a sus aliados y resaltando en particular los debates “extremadamente productivos” sobre el comercio, uno de los puntos más conflictivos.
Antes de dejar la localidad de La Malbaie para volar hacia Singapur, donde el martes mantendrá con el dirigente norcoreano Kim Jong Un una cumbre histórica, el mandatario estadounidense se dedicó a calmar los ánimos de sus seis socios y a reducir las tensiones creadas sobre todo por su política proteccionista.
“Tuvimos debates extremadamente productivos sobre la necesidad de intercambios comerciales justos”, indicó, e invitó a los otros integrantes del grupo a pensar en la posibilidad de crear una zona de libre comercio entre los siete.
EE.UU. acaba sin embargo de imponer tasas la importación de acero y aluminio fuertemente resistidas por los otros integrantes del G7.
“Suprimir las tarifas aduaneras, suprimir las barreras no tarifarias, suprimir las subvenciones”, fue la propuesta que Trump lanzó durante su rueda de prensa final. “No sé si funcionará, pero lo propuse”, expresó.
Sobre Irán, otra línea de fractura con sus socios tras la denuncia por Washington de un acuerdo internacional sobre el programa nuclear de la república islámica, manifestó que “las naciones del G7 están comprometidas con contener las ambiciones nucleares” de Teherán.
Todavía falta saber si este gesto conciliador de parte de un presidente que sólo consagró 24 horas a sus aliados (Canadá, Francia, Alemania, Italia, Reino Unido y Japón) se traducirá en un comunicado común.
Fuente: Globovisión
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