Gobierno Donald Trump abre otro frente con Irán

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Foto: Referencial

El mandatario retira su apoyo al pacto nuclear forjado por Obama. La decisión refuerza su ‘doctrina de la retirada’ y el aislamiento de EEUU

Lo que ha unido el populismo, que no lo separe el Océano Atlántico. El presidente de EEUU, Donald Trump, ha asumido la ‘doctrina Puigdemont’ y la ha aplicado a las relaciones internacionales, con una decisión en virtud de la cual no saca a Estados Unidos del tratado nuclear con Irán, ni impone nuevas sanciones a ese país por sus presuntas actividades terroristas y en armas de destrucción masiva, pero declara que ese tratado “es contrario a los intereses nacionales de EEUU”, y pasa al Congreso la posibilidad de exigir un nuevo acuerdo con Irán o, incluso, de establecer más sanciones contra ese país.

La estrategia de Trump es obvia: presionar a los otros firmantes del tratado -Alemania, Francia, Gran Bretaña, la UE, China, y Rusia – de que hay que renegociar un nuevo entendimiento que sea más duro con Irán. Si esos países no acceden, o si el Congreso no adopta una resolución que exija la reforma del tratado a gusto de Trump (y de Israel y Arabia Saudí), Trump sacará unilateralmente a EEUU del acuerdo.

Trump no ha dejado claro qué cambios quiere. Pero todo indicar que el presidente quiere que se apliquen las disposiciones en un proyecto de ley del senador republicano Tom Cotton: que las sanciones a Irán se mantengan durante más tiempo aunque ese país cumpla todos los requisitos del acuerdo, que se está poniendo en práctica de forma gradual hasta 2035. En la práctica, eso implica que Irán seguirá bajo sanciones aunque cumpla el acuerdo. Algo que, hasta la fecha, está haciendo, según el propio presidente de EEUU.

Eso significa que “Trump está matando el acuerdo”, según explicó ayer a EL MUNDO Trita Parsi, presidente del Consejo Nacional Americano-Iraní, una organización que promueve el acercamiento entre los dos países. “Trump ha pedido al Congreso que cambie los términos del pacto, que es algo que se queda fuera de la jurisdicción del Congreso. Y ha dicho que si el Congreso no lo hace, denunciará el acuerdo”, concluía Parsi. Eso encaja con la estrategia de la retirada, como la ha calificado el presidente del Consejo de Relaciones Exteriores y ex alto cargo del Departamento de Estado de EEUU, Richard Haas, que parece haberse adueñado de la Casa Blanca en las últimas semanas.

Encima, muy en su estilo, las condiciones que el presidente de EEUU ha planteado son todos menos claras. Al anunciar su decisión, Trump enumeró una larga lista de acciones de Irán, entre ellas varias que no tienen absolutamente nada que ver con el programa nuclear, que es de lo que trata el acuerdo, e incluso que no tienen nada que ver con Irán, como el presunto respaldo de ese país a Al-Qaeda, a grupos insurgentes afganos, y al atentado de 1996 en Arabia Saudí en el que murieron 19 soldados estadounidenses. La credibilidad de esas acusaciones es menor que las formuladas por el Gobierno de George W. Bush de que Sadam Husein había participado en el 11-S.

La estrategia de tensar la cuerda al máximo antes de una negociación es muy del gusto de Trump, que la ha aplicado tanto en su vida como empresario como en su carrera política y en su actividad como protagonista de ‘reality shows’. Hasta la fecha, solo le ha funcionado en los ‘realities’.

 

Fuente: El País

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