Médico explica cómo fue la agonía de Gruseny Canelón, el joven asesinado en Lara (+Video)

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Cerca de las 8:40 de la noche del martes 11 de abril, arribó un camión de Orden Público de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) al Hospital Central Universitario Antonio María Pineda (Hcuamp) con un hombre malherido de 32 años de edad abordo, llamado Gruseny Antonio “Tony” Canelón Scirpatempo.

Según indicaron médicos que lo atendieron, recibió una descarga de escopeta de perdigones a quemarropa mientras protestaba en la avenida Ribereña, reseñó El Impulso.

Aunque Canelón Scirpatempo llegó consciente al nosocomio -e incluso pudo contar a medias lo que había sucedido-, el disparo a tan corta distancia le produjo una herida de aproximadamente seis centímetros de radio en el hemitorax del lado izquierdo –región lumbar-, por lo que su vida de vio comprometida y, tras más de 30 horas de lucha, falleció.

 

El doctor Guarecuco denunció que al joven le dispararon a menos de 50 centímetros de distancia, abriéndole un boquete de no menos de 7 cm de diámetro en la región abdominal, fue intervenido, pero no pudo salvársele la vida por la gravedad de las lesiones.

“Él tuvo una lesión hepática grado IV; múltiples heridas en el colon, por lo que tuvimos que quitarle la mitad de este; daños en un riñón, diafragma y pulmón izquierdo”, explicó a EL IMPULSO el presidente de la Sociedad de Médicos y Residentes del Hcuamp, Jesús Guarecuco, quien dijo que el disparo fue realizado con saña, pues en la humanidad del hoy occiso quedó marcado el “tatuaje de pólvora”.

Tony, como lo conocían de cariño, perdió mucha sangre por la gravedad de sus lesiones y se le realizaron diversas trasfusiones. Contó Guarecuco que estuvo recluido en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) y debió ser intervenido quirúrgicamente por segunda vez, aunque lamentablemente no resistió y dejó de respirar alrededor de las 3:00 a.m. de este Jueves Santo.

“Los militares se asomaban al quirófano, quisieron hasta entrar para ver qué pasaba con él. No podían mostrar intención de detenerlo porque su vida siempre estuvo pendiendo de un hilo; pero ya hoy no están aquí, se fueron”, expuso una vecina de Tony de la urbanización Tarabana Plaza de Palavecino, de nombre Mariana Angulo.

Con información de: La Patilla

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