Cada 8 de mayo se conmemora el Día Mundial del Cáncer de Ovario, una fecha establecida por organizaciones de pacientes con el propósito de concientizar sobre este padecimiento femenino, acerca del cual aún hay muy poco conocimiento pese a que ocupa el quinto lugar en el mundo como causa de fallecimientos por cáncer en las mujeres.
Según cifras de la Sociedad Anticancerosa de Venezuela (SAV), en el país la incidencia del cáncer de ovario para el año 2021 fue de 3,8 mujeres por cada 100.000 habitantes, y la mortalidad fue de 1,54 mujeres por cada 100 mil habitantes.
En total se diagnosticaron 1.191 casos en el año y se registraron 688 fallecimientos, lo que indica que 73,1% de las pacientes no lo superaron. Los diagnósticos van desde la temprana edad de 15 años hasta mujeres mayores de 74 años, la mayor incidencia está entre los 25 a los 74 años, donde se registraron 1.078 casos y 604 muertes.
Los picos más altos de incidencia se produjeron entre los 45 a los 54 años (316 casos y 153 muertes) y de 55 a 64 años (281 casos), siendo este grupo etario donde se produjeron más muertes con 177. Por tanto, se tiene que es un tumor propio de las edades medias de la vida.
Consultas periódicas
El cáncer de ovario es un tumor maligno que se caracteriza por la pérdida de control del crecimiento, desarrollo y multiplicación de las células ováricas, con capacidad de producir metástasis inicialmente en el peritoneo y ganglio loco-regionales y posteriormente a distancia, a casi cualquier sitio del organismo.
No existe actualmente algún método eficaz que facilite el diagnóstico precoz, por lo que hasta 75% de los casos se presentan en fases avanzadas. Entre 5% y 10% de los tumores de ovario se atribuyen a factores genéticos heredados, cambios que ocurren durante la vida, por eso es tan importante acudir al ginecólogo para revisiones periódicas.
En pacientes portadoras de mutaciones germinales en los genes de BRCA 1/2 se recomienda realizar la salpingooferectomía profiláctica (extirpación de ovarios) a partir de los 40 años, una vez cumplido el deseo gestacional.
Los síntomas de padecer la enfermedad son generalmente inespecíficos, pueden confundirse con los producidos por trastornos digestivos menores o por alteraciones ginecológicas benignas como endometriosis u ovarios poliquísticos.
Los tratamientos hormonales previos también son un importante factor a tener en cuenta: mientras que los anticonceptivos orales protegen contra esta enfermedad, la terapia hormonal sustitutiva administrada durante la menopausia parece que aumenta el riesgo.
Los embarazos y la lactancia protegen del cáncer de ovario y, en menor medida, también son protectores el ejercicio moderado y seguir una dieta saludable, pobre en grasas animales y rica en frutas y vegetales, puesto que varios estudios han analizado la relación entre la obesidad y este tipo de cáncer.
Con nota de prensa
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