Estados Unidos ha deportado a 2.181 migrantes nicaragüenses en situación irregular entre enero y junio de 2025, según fuentes diplomáticas y datos oficiales. Estas deportaciones se han realizado a través de 19 vuelos, incluyendo el uso de un avión militar C-17 de la Fuerza Aérea estadounidense, que trasladó recientemente a 45 personas a Managua. Los vuelos han llegado sin anuncios oficiales por parte del gobierno de Daniel Ortega, quien ha reiterado que Nicaragua mantiene “puertas abiertas” para recibir a sus ciudadanos deportados.
La embajada de Estados Unidos en Managua ha advertido que continuará aplicando con firmeza sus leyes migratorias y recomienda a los migrantes optar por vías legales como la aplicación “CBP Home” para evitar detenciones y deportaciones forzosas Por su parte, Ortega ha criticado duramente las redadas migratorias en EE. UU., comparándolas con persecuciones históricas y calificando la política estadounidense como “brutal e inhumana”.
El regreso masivo de migrantes ocurre en un contexto de crisis económica y social en Nicaragua, donde los deportados enfrentan dificultades para reintegrarse y muchas familias dependen de remesas enviadas desde el extranjero.
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