Un juez federal del Distrito Sur de Nueva York detuvo los intentos de deportación de migrantes venezolanos. Estas deportaciones se basaban en una proclamación del presidente Donald Trump fundamentada en la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798. El juez Alvin Hellerstein emitió un fallo de 22 páginas sobre el caso.
En su decisión, el juez Hellerstein concluyó que la proclamación de marzo de Trump excedió los límites legales de la ley original. La proclamación catalogó a miembros de la banda criminal Tren de Aragua como parte de una incursión predatoria en territorio estadounidense. El juez argumentó que el gobierno no demostró la existencia de una guerra, invasión o incursión predatoria que justificara la invocación de dicha ley.
El fallo impidió que el gobierno federal utilizara esa proclamación para deportar a migrantes no ciudadanos detenidos en el Distrito Sur de Nueva York. Sin embargo, el juez señaló que estas personas aún podrían ser expulsadas bajo otras leyes migratorias. La demanda fue presentada por dos venezolanos arrestados en Nueva York y trasladados a Texas, quienes estuvieron cerca de ser deportados a El Salvador.
El juez detuvo el proceso de deportación de estos dos venezolanos. Determinó que su remoción violaría el debido proceso y sus derechos básicos de defensa. Ambos permanecieron detenidos mientras se resolvía su situación migratoria. La proclamación de Trump consideraba a todos los venezolanos mayores de 14 años en situación irregular como “enemigos extranjeros” si se presumían vínculos con el Tren de Aragua.
La proclamación también afirmó que el grupo actuaba bajo órdenes de Nicolás Maduro. No obstante, una evaluación de inteligencia desclasificada contradijo esta afirmación. El informe del Consejo Nacional de Inteligencia concluyó que no había pruebas creíbles de que el gobierno venezolano dirigiera al Tren de Aragua o facilitara su ingreso a Estados Unidos. El juez Hellerstein criticó los procedimientos de notificación a los migrantes, calificándolos de “superficiales” y “deficientes”.
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